Sherlock Holmes. El Londres victoriano bajo la lupa del mejor detective

Opinión:

"Sherlock Holmes. El Londres victoriano bajo la lupa del mejor detective" es uno de los títulos que ha publicado la editorial Alma en su colección "Petits Fours". Son libros en un formato reducido, muy manejable, de 12,5 x 19 cm, editados en tapa dura, con una portada que incluye una ilustración relacionada con la temática del volumen y donde destaca un recuadro, que al tacto se nota a un nivel inferior, con el título.

Este, en concreto, está dedicado al archiconocido detective Sherlock Holmes, inmortalizado en las novelas y los relatos de Arthur Conan Doyle, detallando cómo era la vida en el Londres de finales del siglo XIX, correspondiente a las primeras aventuras del detective, que se iniciaron en 1887, y que quedarían enmarcadas dentro de la época victoriana.

Aunque hay historias posteriores, puesto que Arthur Conan Doyle siguió publicando las aventuras de Sherlock Holmes hasta 1927, el propósito de este libro es centrarse en esos años finales del siglo XIX, con algunas pinceladas de antecedentes sociales y tecnológicos, para formar ese mosaico de informaciones variadas que constituye su contenido, relacionados casi siempre con alguna de las investigaciones del detective, ya fuese como un elemento de la vida cotidiana o un factor fundamental en la resolución del caso correspondiente.

Es una época de cambios, aunque algunos ya venían de antes, que Laura Manzanera va desgranando en diversos apartados, apoyada por las ilustraciones de Jacobo Muñiz, que ha recogido imágenes de la época, formando, en la mayoría de veces, unos collages que reproducen algunas escenas, tal como las podríamos imaginar, de ambientes y personajes de entonces, junto con alguna también que formaría parte de las aventuras del detective.

Tras una breve introducción y un capítulo que resume las líneas principales, se entra en materia con el tema de las comunicaciones, que estaban dando un gran salto entonces, como es el caso del telégrafo, del teléfono o del correo. Sobre este último, hay un detalle sobre la dirección "real" del Sherlock Holmes Museum, que no os contaré aquí, porque la gracia está en descubrirlo dentro del libro.

También hay referencia a los periódicos de la época y, sobre todo y muy importante, a las revistas, donde se publicaban novelas por entregas, entre las que estaban las de Sherlock Holmes en The Strand.

La siguiente parte está dedicada a los medios de transporte, como el metro londinense, que ya llevaba un tiempo circulando cuando apareció el detective, el ferrocarril, donde destaca una imagen de la reina Victoria en uno de sus vagones azules, y los carruajes, ya fuesen privados o colectivos. Da idea de las diferencias sociales el hecho de que en todos ellos haya espacios acotados por clases: primera, segunda y tercera. En tren he llegado a ir en tercera clase y, si se puede, lo mejor es ahorrarse la experiencia.

Luego llegan las drogas, que en aquella época las había "medicinales", aunque se tratase del opio, que llegó a provocar dos guerras por cuestiones geopolíticas, aunque lejos de la metrópoli, de la cocaína, que se llegaba a recetar a los niños cuando les salían los dientes, o del tabaco, que se mantiene actualmente, pero que también lleva camino de ser proscrito.

Unas pinceladas finales sobre crímenes y secretos cierran el libro con menciones a las policías de la urbe, a los detectives privados reales y a las nuevas técnicas científicas que se empezaron a utilizar en las investigaciones policiales, algunas con base científica real como las huellas dactilares, y otras basadas más bien en prejuicios, como la frenología. También hay algo sobre espiritismo y sociedades secretas como colofón.

"Sherlock Holmes. El Londres victoriano bajo la lupa del mejor detective" me ha resultado un libro muy instructivo, además de entretenido con todas esas informaciones variadas y que me han mostrado la realidad del entorno de Sherlock Holmes.

Selin