Segmento

Opinión:

En el momento de escribir esta reseña, resulta que hace unos días desde Dolmen me llamaron para preguntarme si podía presentar al autor y a la obra en Valencia, cosa que hice, porque ya lo había leído, tenía en mente la reseña, y la obra me había gustado mucho.

En la presentación supe que L. Ángel había participado en el story board de una película de animación recientemente (Buffalo Kids, me parece), y que hace tiempo tenía una idea sobre el título que representaba la línea de la vida, con una posible interrupción de la misma. En un momento de su vida en que todo le va bien, que está cumpliendo sus sueños, el autor reflexionó sobre qué pensaría su "yo" más joven de todo eso... y enseguida pensó: "¿y si hubiera sido al revés, y si mi vida hubiera sido un fracaso y no hubiera cumplido mis sueños, si tuviese trabajos "de mierda", no tuviera amigos, ni familia...; ¿qué pensaría mi yo de 7 años... y el de 13... y...?

Y así, uniéndolo a la idea del "Segmento" de la vida, se le ocurrió unir todas esas generaciones para contemplar el recorrido vital de alguien que ha fracasado, pero porque él mismo no ha creído nunca en sus posibilidades, siempre ha tenido la sensación de no valer para nada, de no merecer nada... y claro, hay que conocer su "línea vital", a sus versiones más jóvenes, a las que él achaca todo eso, para intentar comprenderlo. Pero, ¿cuál puede ser el desencadenante de todo eso, lo que origina la trama de la novela gráfica?; la interrupción de ese Segmento, el suicido del protagonista, algo que deben evitar sus versiones de 1 año, 7, 13, 19 y 30 (este el más cercano al momento clave, al que ya vemos muy próximo a su "punto de ruptura".

Una de las impresiones al leer este libro es "Cuento de Navidad", de Dickens, sustituyendo a los Fantasmas de las navidades por las versiones pasadas del protagonista; sin embargo, me cuenta el autor que no ha sido su idea, no tenía en mente eso al escribirlo, sino lo que he comentado al principio, qué pensaría su yo joven de su situación actual, unido a la idea del Segmento interrumpido. Y claro, tenía que tener algún catalizador para "prender" la obra, que esas versiones más jóvenes tuvieran una causa, un motivo, y pensó que la vida gris, anodina, desesperante, del protagonista fuera ese Segmento interrumpido; así, la trama gira en el tiempo que tienen esas versiones para interrumpir el suicido de su yo más adulto. Pero como digo, hay uno (sobre los 30) muy cercano al que va a intentarlo (sobre 33), y es el verdadero punto de ruptura, el que llevará a esa consecuencia, el que culpa al resto de su vida. Sin embargo, todos tienen que colaborar para impedir el desenlace fatal.

Es una obra que se basa más en la acción que en los diálogos, que el autor ha sabido hacer muy fluidos para que no sean una carga para el lector. En la secuenciación se nota que es artista de story boards, pues es verdad que parece que estemos viendo una película, por la elección de los planos, las secuencias y ciertos efectos típicos del cine (contrapicados, etc.). Los dibujos son de estilo sencillo ("amables", los llama), pero sumamente expresivos, además de definir perfectamente a cada edad representada. El color también ha sido muy estudiado y cuidado (no en vano confiesa que fue lo que más problemas le dio y el causante de varios retrasos), muy adecuado a cada etapa del "Segmento"...

En fin, una primera obra (difícil de creer, pero así es) que ha tratado varios temas complicados con suma delicadeza, sin alarmismos, siendo el del suicidio el gancho para hablar de lo que en realidad quería (qué pensarían nuestros yos más jóvenes de nuestra actualidad, y cómo los confrontaríamos), con una secuenciación impecable, un gran uso del color, y unos personajes deliciosamente acabados.

Ah, ¡y lentejas! ;)

J. Javier Arnau