Sabiduría ancestral de las plantas

Opinión:

Este es un libro pequeño en cuanto a volumen, pero grande en contenido. Muy heterogéneo y variado, conduce al lector al mundo de las plantas desde los orígenes de los humanos y explica su relación con ellas a lo largo de la historia. Desgrana creencias, supersticiones, rituales mágicos, pócimas de brujas, tradiciones, el origen de algunas costumbres (como el árbol de Navidad), las propiedades curativas, alucinógenas o tóxicas de algunas especies y el uso que se ha hecho de ellas a lo largo de los años y en la actualidad. Vemos igualmente que determinados árboles, por ejemplo, fueron (o son todavía) adorados o considerados negativos en función de supuestas propiedades que, en muchos casos, se han recogido en el refranero popular y han subsistido durante siglos. Los hay que atraen al rayo y los que protegen de él, los que son buenos para refugiarse del Sol y otros en los que no se recomienda tumbarse a su sombra, por ejemplo, como sucede con la higuera.

Puesto que la mitología, brujería y la magia están muy ligadas a las plantas, asistimos también a ese entorno de gnomos, hadas, espíritus de los bosques... Algunos de ellos, supuestamente, son el resultado de estados alterados de conciencia causados por pócimas alucinógenas en opinión del autor.

Tampoco faltan experimentos científicos, algunos actuales. A mí, particularmente, me han parecido lo más interesante del ensayo y me han confirmado que el reino vegetal es todavía hoy el gran desconocido. Muchos habremos oído decir que las plantas son sensibles a la música, por ejemplo, o que reaccionan ante muestras de amistad o peligro. Pero no es tan extendido el hecho de que los vegetales reconocen a las personas que conviven con ellos, que cuando comparten suelo con sus retoños las raíces se reparten el espacio mientras que compiten si se trata de extraños. Y que las acacias, cuando son atacadas por rebaños de hervíboros excesivamente numerosos, emiten una alerta que llega a congéneres de la propia especie sutuados a muchos kilómetros, cosa que impulsa a los últimos a elaborar toxinas en los brotes apetitosos, llegando a matar a muchos miembros de un rebaño.

Jesús Callejo habla del mundo vegetal como de un mundo no solo vivo sino con conciencia. Una planta es "alguien" no "algo", y recientes estudios han determinado que poseen algún tipo de memoria.

El estilo del autor es atractivo, fácil y muy ameno, lleno de curiosidades y con diferentes enfoques. Gustará a los amantes de la historia, de la mitología, de las leyendas..., y también a los que busquen un análisis científico que valide cualquier premisa. En todos los casos, aportará al lector un enriquecimiento nada desdeñable.

El libro se complementa con una recopilación de refranes populares alusivos a las plantas, un glosario de términos, bibliografía y una interesante reflexión de Jesús Callejo, sin duda un enamorado del reino vegetal más allá de estudioso, y que nos empuja a tratar con respeto todo nuestro entorno.

Una de esas reflexiones a las que nos emplaza Jesús Callejo no voy a pasarla por alto: Si desapareciera la especie humana, el mundo vegetal subsistiría (con seguridad mejor), pero si desaparecieran todas las plantas de la Tierra nos extinguiríamos sin duda alguna y en un periodo de uno o dos meses.

Definitivamente, me ha parecido un libro muy recomendable.

Pilar López Bernués