rumbo a marte
Título: rumbo a marte
Título Original: (marsbound, 2008)
Autor: Joe Haldeman
Editorial:
La Factoría de Ideas
Copyright: © Joe Haldeman, 2008
© La Factoría de Ideas, 2011
Traducción de Isabel Blanco González
1ª Edición, Septiembre 2011
ISBN: 9788498007183
Etiquetas:
alienígenas
aliens
autores
ciencia ficción
escritores
estadounidenses
extraterrestres
literatura americana
literatura estadounidense
literatura norteamericana
norteamericanos
sci fi
scifi
sci-fi
Argumento:
Carmen y su familia forman parte del pequeño grupo de privilegiados que van a tener el honor de pasar cinco años en el planeta Marte. Una vez allí descubrirá que la vida es tanto o más difícil que en la Tierra, que el aprendizaje y la adaptación no van a ser fáciles y que las reglas están para respetarlas. Quebrantar una de estas reglas llevará a la protagonista a tener un encuentro extraordinario con seres que parecen haber llegado antes que los humanos, éstos la avisarán de que hay “otros” que están vigilando y no parecen tener buenas intenciones.
Opinión:
Durante años la Ciencia Ficción fue considerada como un género menor dentro de la literatura. Lo fantástico y fantasioso del tema propuesto, el ir dirigido casi en su totalidad a un público adolescente o joven adulto, hacían que fuera tomado poco en serio. Con los años autores como Arthur C. Clarke, Philip K. Dick o Isaac Asimov, se encargaron de darle el lugar de privilegio que le correspondía, por contrapartida se perdió ese aire fresco, juvenil y con cierta mala baba que le era característico. Joe Haldeman recupera en esta primera entrega de la trilogía ese espíritu adolescente de aquellas primeras novelas.
“Rumbo a Marte” es un sincero y honesto homenaje –sin caer en el plagio- de aquellas primeras lecturas que nos acercaban a otros mundos que se nos antojaban lejanos. Los homenajes no vienen sólo dados por la juventud de su protagonista, que tiñe de inocencia y rebeldía las dos terceras partes de la narración, ni por ese asombro ante el primer contacto con una raza extraterrestre, nos los encontraremos en alusiones directas como en el nombre de las naves que afrontan la aventura: la Carl Sagan y la John Carter que es el nombre del protagonista de la famosa saga Marciana escrita por Edgar Rice Burroughs, o en el elevador espacial que recuerda mucho al que describiera Arthur C. Clarke en “Las Fuentes del Paraíso”, y es imposible pasar por alto el nombre del hermano de Carmen, Card, en alusión directa a Orson Scott Card, creador de “El Juego de Ender”.
No nos encontramos ante una novela escrita en la vertiente más hard de la Sfici, pocos datos tecnológicos son aportados para mantener la coherencia del tiempo en el que estamos, tampoco se explican otros viajes espaciales ya que se da por supuesto que esa es una fase ya superada, hace años que el ser humano se lanzó a la conquista del espacio y obtuvo buenos resultados. La novela se divide entre lo que parece ser el Diario de una adolescente en Marte y una fase adulta tras una elipsis temporal. En esa primera parte la narración es fresca, inocente, con capítulos y frases cortas que proporcionan agilidad narrativa; es la etapa de los descubrimientos y de las creencias en que los seres de otros mundos experimentan con nosotros, es en este momento cuando nos damos cuenta que, debido a los avances tecnológicos de la actualidad, la Ciencia Ficción cada vez tiene menos de lo último y más de lo primero, a estas alturas del S. XXI todo lo que nos cuentan en esta etapa nos parece totalmente posible de ser realizado en un futuro no muy lejano. Es también lugar para poner de manifiesto el enorme egocentrismo del ser humano, por siglos o milenios que pasen seguimos creyéndonos el eterno centro del universo, incapaces de reconocer vida inteligente más allá de nuestra raza.
Inmersos en este periodo se producirá el primer contacto entre una humana y un marciano que, visto por los ojos de una adolescente, es más sorpresivo que extraordinario y no está carente de la mitología que rodean a los habitantes de otros planetas. Es, así mismo, la ocasión perfecta para recordarnos nuestro pasado –y parece que futuro- destructor, que no estamos solos en el Universo y que puede que haya “otros” que no sean tan amables.
A partir de este momento todo cambia. Han pasado años y Carmen ha madurado, con ella la narración se vuelve más pausada, el contenido más adulto y los temas a tratar mucho más serios, la amenaza está servida y el enemigo debe ser destruido. Es en el final donde el tono cambia y se vuelve hacia los terrícolas, nuestras ansias de poder, nuestra desconfianza, nuestra desmedida ambición, nos vuelven a convertir otra vez en el peligro más grande vivo; la moraleja que subyace en todo momento es que el ser humano es el peor enemigo para cualquier ser u organismo existente, el culpable de los males del universo, el que traerá la destrucción final a la raza humana. Una especie de visión retorcida de que si hay otros mundos, pero están en este, necesariamente la aniquilación también ha de proceder de este mundo. Un final que es desesperanzador en parte ya que se nos deja entrever que, algún día, puede que aprendamos de nuestros errores y cambiamos el rumbo de las cosas.
Con “Rumbo a Marte” se inaugura una trilogía que intenta recuperar los clásicos, con toques muy pulp que ambientan una región oscura tras el sol y que, sin duda, será la encargada de que nuevas generaciones se aventuren a descubrir en papel -o digital- los confines del universo.
Patricia Rubiera
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