Roma, el espía del emperador

Opinión:

Si el título no mencionase la palabra espía, el lector que se adentre en esta novela se dará cuenta enseguida de que éste va a ser el eje principal, pues, como si no hubiese otro oficio en el mundo, la mayoría de los personajes se dedican de algún modo a perseguir, ocultarse o escuchar, y jugar al despiste con su identidad y sus intenciones. Pero no penséis por ello que la trama es complicada porque a nada que os introduzcáis en la historia os resultará imposible no desear continuar.

Aunque la verdad es que debería decir varias historias, porque son varias las subtramas que me he ido encontrando hasta llegar al gran incendio de Roma y poder encajar definitivamente los argumentos, personajes y el hilo de unos hechos reales perfectamente documentados. Si bien, la autora ha cobrado prestigio internacional con la serie que tiene como protagonista a Boudica y en la que también aparecen muchos de los personajes que aquí he conocido. No obstante esta novela puede leerse de manera independiente.

Uno de los episodios que más fuerza tienen en el relato es el que se desarrolla con el grupo de corredores de cuadrigas y el comportamiento de sus caballos. A través de su escenificación se puede apreciar el mundo de la competición y el arte de esta disciplina en el que no pocos, hombres y animales, perecían en un intento por alcanzar la gloria y, en algunos casos, la libertad. Math, el auriga Ajax y la sanadora Hannah son los personajes principales de los que también conoceremos sus historias paralelas y que cobrarán todo el protagonismo en un final lleno de acción y misterio.

El secreto mundo de las sibilas y sus profecías mitológicas comparten creencias junto al de las sectas cristianas nacidas a la muerte de Jesucristo, treinta años antes. Ambas tendencias constituyen el marco donde se desarrolla el augurio del incendio y la identidad de sus causantes; una mezcla de aspiraciones políticas y religiosas que añaden intriga y emoción al texto, y donde se pone de manifiesto el espionaje en todas las instituciones.

Akakios, hombre fuerte de Nerón, contribuye con sus intrigas a que no respiremos durante el relato y estemos dispuestos a recibir sus apariciones con sobresaltos, convirtiendo la lectura en una trepidante aventura por su implicación en que la profecía se cumpla.

La búsqueda del escrito completo, donde aparecería la fecha en que todo sucederá, es el centro por donde se mueve toda la novela; encontrarlo supondría adelantarse a los adversarios y poner los medios para que no ocurra o para que su impacto sobre Roma sea mayor del esperado. Para conseguirlo tendrán que adentrarse en el oráculo de Hades, dotando a la narración de una buena dosis de mitología tan acorde con la época.

Otro gran misterio es la identidad del Apóstata que pretende incendiar Roma y Jerusalén en nombre de los seguidores de Jesucristo, desde su muerte treinta años antes. Cuestión que resolveremos en los capítulos finales y a quien las notas de la autora le pondrán nombre real; pues si algo tiene esta novela es la gran investigación que se le ha dedicado, aunque en algunos casos la controversia de los datos sigue existiendo.

Un suceso histórico del que siempre hemos oído hablar pero que hasta ahora nadie había novelado de una forma épica y amena; y que en mi caso me hace desear continuar leyendo las aventuras que llevarán a Sebastos Pantera a Jerusalén persiguiendo al Apóstata.

Porlomenix