Respira. La nueva ciencia de un arte olvidado

Opinión:

¿Quién necesita aprender a respirar, si lo hacemos de forma natural e inconsciente? La respuesta que da "Respira. La nueva ciencia de un arte olvidado" es muy clara: todo el mundo. Y es que la evolución nos ha llevado a mejorar algunas cosas a costa de otras y una de las que se llevan la peor parte es el sistema respiratorio. Poco a poco, hemos ido adoptando posturas que no son óptimas y a buscar más aire respirando por la boca, por ejemplo, algo que no es para nada bueno para la salud.

Todo está contado de forma que James Nestor inserta los argumentos y los descubrimientos dentro de la narración de sus propias experiencias personales. A lo largo de su periplo, hace un repaso por todas las evidencias científicas que indican que respirar por la nariz y de forma lenta es infinitamente mejor que hacerlo de cualquier otra forma. Descubrimos así cosas tan sorprendentes como que necesitamos el dióxido de carbono tanto como el oxígeno, la importancia de la masticación o que hacer algo tan anti-intuitivo como respirar calmadamente mientras hacemos deporte intenso aumenta nuestro rendimiento.

La mayor parte de los argumentos expuestos tienen todo el sentido y mucha lógica. Eso sí, los ejercicios requieren de mucha autodisciplina. Yo la tengo, y debo decir que hace unos años, cuando decidí dejar de respirar por la boca, me costó muchos meses acostumbrarme, y sigo abriendo la boca cuando hago deporte, por ejemplo, aunque a eso nunca le di importancia hasta que he leído "Respira". Pero, aun siendo muy capaz, he intentado poner en práctica algunos de los ejercicios de respiración (los que me parecían más asequibles) y en algunos no soy capaz y mi cuerpo se rebela con todo tipo de reacciones.

No todo es positivo en el libro. Toma referencias de expertos y de estudios o papers verificados, pero también hay otras fuentes que no podemos considerar totalmente fiables y algunos argumentos no están verificados por una experimentación sobre una muestra suficientemente significativa y variada de individuos. Además, me ha parecido que algunas de las ideas y sugerencias pueden ser peligrosas si se llevan a cabo sin supervisión, como los ejercicios de respiración tummo. De hecho, el que mi cuerpo reaccione liándose a bostezar cada vez que intento hacer ciertos ejercicios de los que consideraba menos peligrosos me lleva a pensar que, a lo mejor, se está generalizando demasiado y que cada uno debería adaptar las sugerencias a sus circunstancias.

Aparte, el libro está planteado de tal forma que puede llevar a pensar que una buena respiración es la panacea, cuando es un elemento más dentro de un estilo de vida saludable. El autor menciona todo esto de pasada, y lo de que "no hay que practicar ciertos ejercicios de respiración en el agua o conduciendo", pero, en mi opinión, no pone el suficiente énfasis ni en los peligros ni en dejar claro que respirar bien no lo cura todo.

A pesar de ello, me parece un libro necesario para ser conscientes de que dejamos al inconsciente algo vital... y que nuestro inconsciente no lo gestiona del todo bien. Además, usar algunas de las técnicas de respiración con criterio y cuidado puede ser muy beneficioso.

Déborah F. Muñoz