Puerto humano

Opinión:

No sé si para hacerme una clara idea de la evolución o el estilo de John Ajvide Lindqvist es necesario haberse leído antes sus libros, así que voy a hacer lo siguiente: opinar de "Puerto humano" y leerme después "Déjame entrar", su primera y más exitosa novela, esa que ha hecho que se siga publicando al autor en España. Y después de leerla me pronunciaré de nuevo.

La impresión que he tenido al leer "Puerto humano" ha sido curiosa; para empezar esperaba una novela de terror y me he encontrado con algo con mucha más profundidad. El terror llega después del misterio, y el misterio es una excusa para ofrecernos una historia de personajes. En conjunto, una maravilla. Lo cierto es que leía sin entender muy bien de qué iría exactamente la historia y a pesar de que casi todo iba sobre la vida de los  personajes cada vez tenía más ganas de leer y saber. Sobre todo saber, porque a medida que avanzas el misterio se densifica, aparece más veces, te empieza a mosquear.

Debo advertir que sólo por sus personajes ya vale la pena, pero cuando uno se acerca a una novela esperando terror se encuentra con que hay fases, y que aunque haya quien no quiera ver originalidad, sí la hay: Lindqvist nos muestra SU forma de ver el mundo de los fantasmas y de las maldiciones.

Respecto a las fases, el primer misterio aparece pronto y podemos verlo ya desde portada: la pequeña Maja, con su buzo rojo, camina por la nieve y desaparece, sin más. Y sin posibilidad de explicación lógica: no hay gente, no hay un cuerpo que recoger ahogado, no hay pistas. Sus pisadas terminan de golpe y ella ya no está. Por este motivo me ha gustado mucho la portada elegida, la veo muy acertada. Además ese color rojo de su cazadora es un motivo que aparecerá muchas veces a lo largo de la novela.

Después empiezan a haber saltos en el tiempo que el autor ya nos advierte que ocurrirán, y me maravilla lo conseguido que está, lo bien hilado, cosido y rematado, porque cuenta cada cosa en su momento justo, aportándonos un poco más de información que consigue que vaya aumentando el misterio o, por otro lado, que algunas cosas empiecen a tener sentido.

Las cosas se van desmadrando conforme avanza la novela, el terror es más intenso, y el final llega a ser sorprendente (aunque esperado, dado que todos esperamos un final lo más feliz posible después de tantas desgracias).

Los personajes aportan mucho a la historia: Anna-Greta, la abuela, es una mujer fuerte y comprensiva, casi un macho alfa en la isla de Domarö donde viven todos los protagonistas. Simon, su viejo amado, tiene un secreto que tiene que ver con un misterioso bicho llamado Spiritus capaz de dar cierto poder -no diremos cuál- a quien lo posea, pero como mago que es sabe que a cambio debe darle algo. Este bicho y su relación con el entorno, así como cierto momento del final de la novela donde Anders se enfrenta a "algo" que habita en el mar, nos recuerda a los terrores primigenios de Lovecraft.

Además hay que contar con Dömaro, una isla que tiene personalidad propia, una invención de Ajvide Lindqvist como el Derry de King. Y una anécdota: aquí aparece una isla que también desaparece, como nuestra isla de San Borondón.

Después de la pareja mencionada está Anders, casi protagonista absoluto dado que él hace que exista la novela: su búsqueda desesperada de su niña desaparecida que, curiosamente, entra en el grupo de los "desaparecidos indeseables". Esto que no entenderéis quienes no hayáis leído la novela, os sorprenderá. Y es que hay ciertos desaparecidos indeseables que aquí actúan como fantasmas malvados: un par de chicos de la isla que tenían motivos para acabar traumatizándose (sí, hay que leer la novela, está llena de cosas que no os puedo contar). Y para finalizar, una chica, una chica que fue maravillosamente bella, o bellamente maravillosa… y que hoy es monstruosa. Incluso esto tiene un por qué. Todo tiene un por qué en esta historia de fantasmas, maldiciones, posesiones, monstruos y desastres.

Si con "Déjame entrar" mostró su particular visión del mundo vampírico y con "Descanse en paz" hizo lo propio con el de los zombis, en "Puerto humano" nos regala su extraordinario punto de vista a medio camino entre la magia y el horror acerca del mundo de los espíritus, las maldiciones y las, quizá, puertas dimensionales.

Vale la pena leerla, sin duda. Yo sí la recomiendo.

Nota después de haber leído "Déjame entrar": Sigo recomendándolo. Tiene su estilo pero es absolutamente distinto, y no hay nada que me guste más que un autor tenga la capacidad de contar distintas historias sin repetirse. Es bastante más extenso que el primer libro y tiene elementos más fantásticos, pero aunque el misterio se haga de rogar estoy contentísima de haberlo leído. De hecho gracias a él he leído el primero. 

Anika Lillo