Volverán las naranjas

Opinión:

Esta novela corta, tan breve como los sms que la componen, nos lleva por el frágil periplo de las relaciones de pareja, es un texto que se lee rápido si solo te inclinas por la estructura, pero solo se paladea con tranquilidad, con pausas, con relecturas. Invita a leerlo a diversas velocidades y a darle más de un recorrido a la novela.

En el tema del amor, de la rutina, el desamor siempre parece que todo está escrito, hasta que aparece una novela como ésta, fresca, vibrante, que da una "vuelta de tuerca" a la trama, nos acerca al trasfondo de todo: virtualidad, velocidad, incomunicación. Ese tú a tú directo, tan manido y, por lo tanto, tan evitable de las personas, y nos traslada de golpe a la otredad que provoca el uso del sms. Breve, aséptico, y sobre todo, no compromete físicamente a las personas. A veces es más fácil decir las cosas por escrito que directamente.

Sean éstas parejas, desconocidos, amantes, familia, amistades, el contenido de la mensajería electrónica está en relación con el otro y como te relacionas con él. Aquí en esta novela se da buena cuenta de ello, y eso es una de sus virtudes: la forma de expresarse a lo largo de ella nos muestra el camino de varias emociones que se entrelazan y funden, la virtualidad y distancia de un sms toma cuerpo, calidez, forma, no es una vía fría e inerte de contacto, es un medio tan vivo como la voz de una persona. De hecho, lo es, tomando en cuenta las múltiples herramientas existentes para darle entonación (íconos, tipos de letra, tamaño) y hacer posible que ese mensaje sea leído por el receptor con el mismo sentido con el que se emitió.

Otra de sus bondades es que la fórmula narrativa para entregarnos la historia no es muy usual, pero poco a poco, se ve que las nuevas tecnologías empiezan a formar parte del mundo narrativo. En el caso de esta novela ha sido un acierto, por un lado la cuidada edición de Espasa, nos atrae con su estilo retro y colorido, luego, la manera en que se disponen sms y capítulos, nos da la posibilidad de ir y volver, de entregarnos a la lectura rápida, luego a buscar vínculos entre las horas de entrega de los mismos, por dar un ejemplo,  y establecer algunas relaciones entre los personajes.

De hecho, los pocos personajes que aparecen tienen mucho peso y son descritos por ellos mismos, bien definidos, sólidos, ante la brevedad de un sms, es posible  visualizarlos mientras lees. Lo mismo sucede con los otros personajes, ya no los protagonistas virtuales, sino los reales que son definidos a lo largo del texto por la propia protagonista, Alex, la que gracias a su curiosidad origina una novela exquisita, fugaz, llena de matices.

Porque de principio a fin da la idea que es un testimonio "basado en un hecho real" como estilan algunas películas de sábado por la tarde, que estamos ante un hecho consumado, una historia verdadera, pero, ¿lo es? Un relato redondo, sin cabos sueltos, breve sí, pero intenso. Casi como la vida misma. 

Carol Inabé Barba