Treinta doblones de oro

Opinión:

Uniendo la ficción y apoyándose en una amplia documentación, el autor relata una aventura en la que se acompañan pequeñas anécdotas y modos de vida de la época, con la que nos trasladaremos en el tiempo asistiendo a una de las tantas crisis que ha asolado nuestra península. La escasez de dineros malgastados en quimeras y en la expulsión de los moros, unida a la de los alimentos que bien no se producían o bien no llegaba a su destino, la corrupción que siempre la hubo, y la subida desorbitada de los precios para enriquecimiento de unos pocos: contribuyeron a dibujar una tierra sombría y carente de oportunidades.

La industria del cautiverio dio grandes beneficios a los musulmanes y por eso los Reyes Católicos se impusieron continuar su lucha más allá de nuestras fronteras. La esclavitud fue un hecho desde la Edad Media y los habitantes de las plazas españolas en el norte de África la sufrieron, así como nuestros protagonistas que posteriormente pudieron narrar los hechos por medio del manuscrito en el que se basa lo narrado en esta novela.

El memorial escrito por Cayetano Almendros, a petición de uno de los monjes que asistieron a la recuperación de la talla conocida como el Cristo de Medinaceli, y que en su día fue entregada por los capuchinos a las tropas españolas en La Mamora (San Miguel de Ultramar, Marruecos) reproduce uno de los hechos más sorprendentes de nuestra historia, pues junto con otras reliquias fueron sustraídas a los moros en una de tantas batallas a las que se enfrentaron nuestros ejércitos.

La fe se convierte en el hilo conductor de la novela, motor y eje central, al estar presente en cada uno de los capítulos de estas aventuras. Los pasos de semana santa y la escenificación en la que el pueblo participa, es la única vía de salvación que algunos tienen para aferrarse, en cambio otros la utilizan para guardar las apariencias y no ser perseguidos, o simplemente para hacer negocio.

El largo peregrinar del Cristo de Medinaceli por media España, lo que representa y la devoción de sus fieles han engrandecido a esta talla, aunque muchos no sabemos su historia y estas páginas ayudan a conocerla. Realmente merece la pena adentrarse en todo lo que a ella se refiere, pues el autor ha realizado una reconstrucción amena que solamente los buenos maestros saben narrar.

Acompaña a la obra una extensa nota histórica con la que podremos profundizar más en estos temas y separar lo real de la ficción. Como bien nos tiene acostumbrados el autor, sus páginas se leen con soltura y los textos son ricos en descripciones, invitando a una lectura sin prisa pero sin descanso.

Porlomenix