Muerto el perro

Opinión:

¿Puede una novela negra en toda regla desatar la hilaridad? Pues tras la lectura de "Perro muerto" no me cabe la más mínima duda.

He leído otras obras de Carlos Salem ("Matar y guardar la ropa", "Un jamón calibre 45", "Cracovia sin ti") y en todas ellas queda de manifiesto el especial estilo del autor, un modo de hacer dinámico, atractivo, capaz de humanizar al más temible asesino y permitir al lector reírse de sus torpezas, opiniones, actitudes… Y todo ello utilizando un humor inteligente, que no cae en la inverosimilitud de lo absurdo pese a que en ocasiones lo es. Y ahí está el buen hacer de Carlos Salem, que sabe describir escenas imposibles dándoles un toque de credibilidad que las convierte en divertidas. Personalmente, le concedo un especial mérito a esa forma de hacer reír sin caer en el extremo de lo totalmente ilógico, cosa que sucede en algunos libros de humor y, en mi opinión, no resultan atractivos sino todo lo contrario.

En "Muerto el perro" vemos la transformación de una mujer mojigata, beata y conformista en otra que toma las riendas de su vida, se convierte en investigadora siguiendo las pistas de una fortuna atesorada por su marido, se codea con mafiosos y criminales, descubre el erotismo dormido, se permite todo tipo de excesos y, sin proponérselo, acaba actuando como una asesina en serie.

Son especialmente humorísticas las conversaciones que Piedad de la Viuda entabla con "la otra"; poseen chispa sus hilarantes disputas y el lenguaje que emplean. Todo ello lleva a ver dos personas donde solo existe una; ese desdoblamiento, además de divertido, resulta muy logrado. 

Semejante galimatías, no da tregua. El humor está asegurado mientras se lleva a cabo una investigación criminal al más puro estilo, repleta de acción y en la que además de criminales, policías, pistas y asesinos no faltan tampoco escenas de marcado erotismo.

Esta es una trama perfectamente intrigante, digna de una novela policíaca "al uso" pero que aquí se convierte en un original género, francamente atractivo e incluso hilarante.

Tanto la protagonista como el resto de personajes poseen un carisma muy marcado, acorde con los papeles que representan pero con ese punto de exageración que los hace divertidos sin convertirlos en inverosímiles.

En definitiva, diría que "Muerto el perro" es una obra ligera, fácil de leer, con intriga, suspense y un refinado humor. No da tregua y, pese a ese carácter superficial, muestra una interesante transformación en la persona de la protagonista cuando la traición del que fuera su esposo la deja contra las cuerdas, su economía peligra y no le queda otra que tomar las riendas de su vida, reconciliarse con "la otra" y aceptar que ambas son una y les unen los mismos intereses. Sin embargo, la cosa se complica cuando se tiene en el haber cuatro cadáveres y un perro… Es un libro muy apropiado para pasar unas horas distraídas y divertidas. 

Pilar López Bernués