Relatos de Rock’n’Roll

Opinión:

En el primer relato al que nos enfrentamos participamos en la búsqueda de Elvis Presley, del que la leyenda dice que sigue vivo en algún lugar del universo. Un periodista de nombre Alan Ward es el encargado de un viaje por diferentes rincones de América, especialmente de los Estados Unidos, en los que ir desarrollando una investigación para encontrar su paradero. Los típicos escenarios americanos de las películas juveniles de los años 50 y 60 están fielmente representados para dar vida a un icono de la cultura del Rock'n'Roll. El humor negro del final ha sido el mejor cierre posible.

Después, cruzamos el charco y nos vamos a Madrid. Tras un concierto de Alaska y los Pegamoides en sus comienzos nos desplazamos a la zona de Moncloa y me dejo sumergir en el ambiente del año 1982; un viaje en el tiempo para conocer a un grupo de chicas que deciden montar un grupo. Rock-Ola, Movida Madrileña, el sello DRO, la radio, los fanzine, estéticas varias, así como grupos de renombre, acuden a esta cita con nuestra memoria y nos dejan de paso una serie de anécdotas que siempre son bienvenidas.

Una ciudad del futuro, Berlinópolis año 2420, es nuestra siguiente parada. Un destino donde presenciamos con horror cómo la música ha sido prohibida. A partir de este y otros contextos nos sumergimos en la ciencia ficción y vienen al recuerdo grandes películas del género que no voy a mencionar para que seáis vosotros los que descubráis una trama en la que he deseado ser uno de los personajes y estar presente en un momento que sin duda nos parecería mágico a cualquier amante de la música.

En el cuarto de los relatos aparece al inicio la palabra "mod" y eso ha hecho que visualice el cartel de la película "Quadrophenia", un joven con su chaquetón tipo parka de color verde sobre una moto, una Lambretta, repleta de espejos. Su historia corre paralela al film y recuerda bastante a sus personajes y situaciones como la gran pelea de la playa de Brighton entre mods y rockers. Pero aquí todo cambia cuando aparece el cadáver de uno de ellos y la narración se convierte en un drama que solo salvará la música.

Toca dar paso al género negro con un capítulo dedicado al Club de los Veintisiete y en el que aparecen una serie de asesinatos en consonancia con la muerte de otros tantos músicos famosos y referencias a grandes títulos de la música. Un relato que desde el principio temía que se me hiciese corto, como así ha sido, y que pone sobre la mesa el potencial que tiene el autor para abordar un thriller de larga duración.

En todos los relatos me he sentido de alguna manera identificado pero en "Balcones", una historia en días del covid-19, ha sido el momento donde no he podido parar de reír; y es que, en cada frase o situación de esos días me he visto como el vecino que, a punto del colapso, tiene que tomar una decisión ante tanto derroche de originalidad colectiva (léase esto como una ironía). Y mejor no sigo contando porque en este tema tendría para escribir mi propio texto sin puntos ni comas. Otro género dominado; con mucho menos se ha filmado una comedia.

El espíritu joven que demuestran los inquilinos de una Residencia de ancianos, un viaje a Woodstock o una profesora que decide usar la música para amansar a las fieras que tiene como alumnos, son los argumentos de otros relatos, originales y en los que el punto de humor ha sido una constante.

Relatos de una generación, imprescindibles para que la cultura del rock no desaparezca, y si estos llegan acompañados de buenas historias donde fluye el humor en todas sus variantes o son capaces de hacernos recordar alguna película o clásico de la literatura, bienvenidos sean; por lo que a mí respecta me apunto a todos los relatos que José Luis Zapatero quiera contarme.

Porlomenix