Que alguien se acueste conmigo, por favor

Opinión:

Este volumen agrupa varias historias gráficas de Gina Wynbrandt, que protagoniza ella misma y que al inicio de las cuales indica la fecha de cuando fue su primera publicación: Una chica menos sola (marzo 2012), Exclusiva en Tiger Beat (junio 2013), Que alguien se acueste conmigo, por favor (marzo 2014), Gatita cobarde (mayo 2015), Cazahombres (mayo 2016).

Aunque el índice indica junto a cada título el número de página donde empieza, no es que sirva para nada más que saber el orden en que viene cada historia, porque aún estoy buscando una página que esté numerada.

En el desarrollo de las historias destaca la opulencia de las formas, en una ampulosidad que me recuerda el estilo de las exuberantes modelos de Rubens, que puede incidir sobre todo en la belleza, pero que si tiende a cebarse en la grosería, es muy fácil que la realidad no case con las expectativas que se crea la persona sobre sí misma, lo que será una fuente de frustraciones que pueden llegar a eternizarse. O tal vez no llegue a tanto (lo de eternizarse), que la tecnología, tal como manifiesta la autora en la historia que da título al volumen, podría ser la oportunidad salvadora.

Las viñetas tienen diversos tamaños, de acuerdo con la evolución y las características de cada historia, y los textos de los bocadillos tienden a ser cumplidos, aunque hay algunas ocasiones en que el tamaño de letra ha quedado algo reducido; aunque es peor en algunos (pocos, por suerte) que están dentro de otra imagen, que me han dado ganas de agarrar la lupa para enterarme bien de lo que ponía y no tener que recurrir a la imaginación.

Ha habido momento que me he planteado cuál sería el propósito de la autora más allá de la expresión artística de sus historias. El rechazo no me vale, pues su público objetivo es más fácil que se sienta identificado en algunos o bastantes aspectos con Gina, autora y también ella misma protagonista en sus viñetas.

Así que tenderé a suponer que se trata de ubicarse en el mundo, sentirse comprendida y expresar con contundencia, como un grito a la sociedad, el hecho de que ser persona va más allá de la apariencia física y el comportamiento.

El resultado es una agridulce composición sobre las dificultades de comunicación y realización personal que plantea, a quienes no se ajustan a los vigentes cánones de presencia y belleza, una sociedad que los va reajustando con cada nueva moda o patrón de conducta que aparece.

Selin