Pueblo sin rey

Opinión:

"Pueblo sin rey", de Olalla García, es una novela histórica que trata un tema no muy conocido de la historia de España: la Guerra de las Comunidades de Castilla. 

Carlos I llegó a Valladolid sin hablar castellano y trayendo consigo a un gran número de nobles y clérigos flamencos que hicieron temer a los nobles castellanos la pérdida de poder y estatus social.  

Una vez coronado rey, Carlos rechazó las peticiones que solicitaban que no utilizara la recaudación de los impuestos castellanos para sufragar la campaña que le encaminaba a convertirle en emperador del Sacro Imperio Germánico.  

Haciendo oídos sordos, Carlos desfalcó las arcas y partió hacia Alemania junto a un gran séquito. Dejó a Castilla sin rey. 

El pueblo castellano, harto de sus desmanes, se alzó en comunidad reclamando más poder frente al rey y dando comienzo a un feroz conflicto que dividió al reino en dos. De un lado quedaron los que vestían la cruz blanca y apoyaban al rey; y del otro, los que se bordaron la cruz roja en la pechera. 

Olalla García rinde homenaje a todos los que lucharon por su libertad y que quedaron relegados al olvido. Se trata de un libro que requiere una lectura pausada, tanto por el gran número de personajes como por la complejidad del conflicto. 

Nuestros guías durante el enfrentamiento serán dos familias vecinas de Alcalá de Henares: los Deza y los Campos. La primera es una familia acomodada y de reconocido prestigio en la villa; la segunda, una familia más humilde, pero también muy apreciada. 

La vida de ambas familias supone un respiro dentro de la complejidad de la historia, a la que hay que sumar las guerras internas dentro del seno de la Universidad de Alcalá, que ve peligrar el gran legado del Cardenal Cisneros dependiendo de quién gane la batalla. 

Recomiendo el libro a lectores a los que les apasione la historia pues, a diferencia de "El taller de los libros prohibidos", este es un libro en el que la parte histórica, con toda su complejidad y un excepcional trabajo de documentación, se impone a la ficción literaria.

Ana G. Aranda