Prométeme que serás libre
Título: Prométeme que serás libre
Título Original: (Prométeme que serás libre, 2011)
Autor: Jorge Molist
Editorial:
Temas de Hoy
Colección: TH Novela
Copyright:
© Jorge Molist, 2011
© Temas de Hoy, 2011
Edición: 1ª Edición, Marzo 2011ISBN: 9788484609537
Tapa: Dura
Etiquetas: aventuras edad media histórica literatura española ficción histórica novela
Nº de páginas: 767
Argumento:
Con apenas 12 años, Joan, el hijo de un humilde pescador, asiste
horrorizado a la muerte de su padre cuando una galera pirata asalta
su aldea. En una mañana pierde todo lo que ha dado sentida a su
vida: su madre y su hermana mayor son arrancadas de su lado para
ser vendidas como esclavas; su hermana pequeña, de apenas unos
meses de vida, morirá a causa de las heridas recibidas en el
asalto; y su padre fallecerá en sus brazos mientras le hace
prometer que será libre. Joan se quedará solo al cuidado de su
hermano menor.
Ambos serán enviados a Barcelona, bajo el cuidado de los monjes de
la Abadía de Santa Anna, aunque tendrán que trabajar duro para
ganar su sustento. Tres serán los deseos que a partir de ahora
persiga el joven Joan, rescatar a su madre y a su hermana de la
esclavitud, conseguir el amor de una joven judía de la que se ve
perdidamente enamorado y hacerse librero. Tres amores indisolubles
que compondrán el leif motiv de su vida.
Opinión:
"Prométeme que serás libre" es una novela madura,
convincente, en la que se aprecia la seguridad con que Jorge
Molist ha aprendido a desenvolverse, narrativamente
hablando. El autor ha subsanado muchos de los defectos que
arrastraban, y arrostraban, su producción anterior. El lector
comprobará el gran salto cualitativo que se ha producido desde que
escribiera El anillo o La reina oculta.
Sin dejar de lado las características que le convirtieron en un
autor superventas, la sencillez de su prosa y una buena
documentación, ha conseguido redondear la trama, los personajes y
los diálogos. Es una historia de lectura sencilla con una trama que
fluye.
En algunos capítulos nos sorprenden unos toques de humor muy
logrados, como el basado en la ingenuidad del pequeño Gabriel (de
10 años), en la página 67, muy bien localizado y con los que el
autor consigue transmitir la verdadera esencia de los
personajes.
La buena documentación viene de la mano, no tanto de los grandes
acontecimientos que sacudieron la Península en aquellos años (siglo
XV), si no de los pequeños hechos diarios, como la explicación del
origen de la palabra "bancarrota".
Resulta muy conveniente para el autor, y convincente para el
lector, haber utilizado a dos niños como principales personajes de
la obra ya que a través de su mirada inocente y de su ignorancia de
la vida, Jorge
Molist puede ir insertando en la trama toda la
documentación necesaria para ellos, que a su vez lo es para el
lector.
El título, que a simple vista puede parecer poco apropiado para una
novela ambientada a finales de la Edad Media y con un joven
protagonista masculino, ofrece todo su sentido en las primeras
páginas y se desvela como el más adecuado para la historia que
desarrolla la obra.
Los pequeños errores que aún persisten en la prosa de Molist se
deben a la complejidad de arrastrar cientos de ideas a lo largo de
casi 800 páginas lo que da como resultado que se decida por abrir y
cerrar temas en la trama de manera casi automática. Es decir,
plantea problemas que resuelve a continuación en lugar de alargar
su desarrollo a lo largo de la novela.
Igualmente, carece de anticipación para el lector con lo que
algunas partes pueden parecer poco creíbles. Esto es, no anticipa
hechos que más tarde serán importantes para el desarrollo de un
personaje o de la novela y, en su lugar, le presenta al lector esos
mismos hechos ya consumados. Sirvan como ejemplo: en la página 152
se cuenta cómo Joan lanza con buena puntería piedras a una pandilla
contraria gracias a su práctica con la azcona de su padre, práctica
de la que el autor no nos ha hecho partícipes con
anterioridad.
También sucede que, en ocasiones no describe bien la escena y eso
hace que el lector no pueda ver los personajes que asisten a ella,
con lo cual puede pensar que solo hay dos interlocutores en un
diálogo y a veces descubre que son más (pág. 94: ¿de dónde sale el
novicio?; pág. 138: ¿cómo aparece Gabriel?...).
Y, aunque los cambios psicológicos de algunos personajes son tan
rápidos que no parecen creíbles, el principal problema de la novela
es la prisa, prisa para llegar al desenlace, aunque suene
extraño en una novela de más de 700 páginas. En el caso de los
personajes, sus sentimientos y sus emociones no pueden ser
desarrollados y entendidos en toda su amplitud porque necesitan de
un espacio del que no disponen. Como sucede con el suprior, que no
quiere a Joan ni a su hermano Gabriel en su iglesia, y luego
defiende y ayuda al protagonista para salir de un falso robo en el
que parece ser el principal sospechoso; o con el oficial Torrent,
que pasa de amargar la vida al protagonista a ser su amigo (pág.
611).
La historia que nos narra Jorge Molist da para una trilogía,
para 3 volúmenes de 800 páginas cada uno por la cantidad de sucesos
que narra y hubiera estado bien que dispusiera de ese espacio
porque habría sido capaz de desplegar la historia en toda su
grandeza.
Encontramos momentos muy bien resueltos en otras partes de la
novela y a veces se complica mucho la trama elevando la calidad del
argumento, como cuando pone a los personajes al límite de una
decisión y a él mismo, como autor, para ver cómo sale del
atolladero (ejemplo, la página 492 cuando Vilamarí persigue a la
galera de Anna, y no cuento más para evitar "spoilerear"). O
momentos emocionales que ha tratado con la suficiente amplitud
narrativa y ha sabido bordar, como el momento en que se
reencuentran dos personajes (pág. 676).
El lector agradecerá el plano de Barcelona impreso casi al final
del libro, así como el de una galera o la explicación que ofrece el
autor sobre los personajes reales que aparecen en su obra.
Como dice Jorge
Molist a lo largo de su novela, los libros tienen un
cuerpo y un alma. El cuerpo está
constituido por el papel y por la cubierta y ha de ser agradable al
tacto, a la vista y al olfato; el alma la componen las
maravillas que nos cuenta su interior. Del alma de
"Prométeme que serás libre" se ha encargado él, como
autor. El cuerpo ha sido cosa de la editorial Temas de Hoy, y ha
cuidado su maquetación interior, las guardas, la cubierta dura y el
diseño de la portada. De tal forma que tenemos en nuestras manos un
ejemplar que haría las delicias de Joan, el protagonista de la
novela: un volumen hermoso por dentro y por fuera.
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