Primer amor

Opinión:

"Hay vida por delante, y amores y ciudades", afirma el narrador mientras relata el noviazgo de Andrés y Brígida. No mucho después, escribe la siguiente afirmación, que podría funcionar como resumen de toda la novela y, asimismo, como reclamo de lo que el lector encontrará en ella: "Un día él será tan diferente de lo que es hoy, que no podrá reconocerse, que tendrá que hacer un esfuerzo para recordar este sufrimiento". En efecto, "Primer amor" trata sobre los cambios que provoca la pasión en cada uno de nosotros; sobre las dificultades, bajo el efecto del enamoramiento, para controlarse a uno mismo y para medir las consecuencias de sus acciones; y, por encima de todas las cosas, trata sobre las cicatrices que dejan las primeras experiencias amorosas, y sobre su pervivencia en el tiempo. Aunque dicho así podríamos estar ante una novela romántica o ante una reformulación de viejas fórmulas narrativas en torno al amor, el éxito literario de esta novela viene asegurado por las credenciales de su autor: además de ser profesor de Historia de las ideas y de haber fundado la Escuela de las Letras y la Escuela Contemporánea de Humanidades, Alejandro Gándara ha sido reconocido como uno de los grandes novelistas del presente, según demuestran sus numerosos galardones (entre ellos, nada más y nada menos que el Premio Nadal y el Premio Herralde).

Nada más empezar la novela, Andrés Ajá -así se llama el protagonista- encuentra la manera de quedarse a solas con Brígida, poco antes de que todo el grupo de amigos acuda al cine para ver "Bonjour tristesse". En ese primer intento no consigue declararse a la muchacha, pero sí lo conseguirá la segunda vez, con un resultado inesperado para ambos: ella confesará haber estado enamorada de Andrés un año atrás, cuando coincidían en la discoteca y lo miraba de reojo. Sin embargo, su indiferencia terminó frenando ese amor en ciernes al que ahora se le ofrece una nueva oportunidad. ¿Será posible para Brígida reavivar sus sentimientos por Andrés? ¿Podrán ambos mantener en secreto su relación antes de que sea censurada por ambas familias? ¿Qué aprenderán cada uno de este primer amor, y qué huellas dejará en su conciencia posterior? ¿Cómo afectará el enamoramiento a sus relaciones con sus respectivas familias y amistades? Todas estas preguntas son las que Alejandro Gándara trata de resolver a lo largo de una narración realista, de gran hondura psicológica.

La narración de "Primer amor", más compleja de lo aquí descrito, se divide en cuatro partes. En la primera, con el título de "Si el dolor es amor", un narrador omnisciente ofrece los cimientos de la historia, hasta el momento en que Andrés y Brígida formalizan su noviazgo. La segunda parte, "Fuera del tiempo se escribe la historia", reúne los encuentros y desencuentros entre los dos enamorados, sin ignorar las otras aventuras (como una lucha por el Hogar Juvenil) que vive la pandilla de amigos. Pero es en la tercera parte, "Huye de mí, corazón mío", donde Gándara demuestra con creces su talento narrativo, pues nos enfrenta a un torbellino de voces, a las opiniones e impresiones de los muchos personajes secundarios que presencian la relación entre Andrés y Brígida. En mi opinión, esta tercera parte es la mejor construida de la historia, pues aporta innumerables detalles y matices que el narrador había pasado por alto al describir el estado extático y feliz de los enamorados. A través de las voces de Cándida -vecina del arrabal-, de amigos como Solórzano y Chapi o del padre Severino, la historia de Andrés se nos desvela ahora como un prisma de múltiples caras, porque el amor no es perfecto, pero tampoco es siempre doloroso. Finalmente, en la cuarta parte, "Si te dijo adiós, volverá", asistimos al relato en primera persona del regreso de Andrés a la ciudad, muchos años después, y a su reencuentro con algunos de los personajes que testimoniaron su primer amor.

Así pues, el verdadero interés de la novela reside no tanto en la descripción del enamoramiento, sino en la reconstrucción que se hace del mismo a partir de numerosas perspectivas ajenas y, en última instancia, de la perspectiva propia del personaje, que se contempla a sí mismo en retrospectiva. Con ello, Alejandro Gándara trata de situar el valor del primer amor más en el ámbito del recuerdo y del aprendizaje que en el terreno de la acción y de la vivencia, y consigue en definitiva una novela excelente, de gran hondura psicológica y plagada de matices.

Darío Luque