Posmo

Opinión:

Iván de la Nuez, crítico cultural y curador de arte, ha logrado elogios de críticos y lectores con obras atrevidas y originales como "Teoría de la retaguardia" (2019) y "Cubantropía" (2020). De origen cubano, pero afincado desde hace años en Barcelona, el autor propone ahora en "Posmo" -acrónimo de "post mortem", no de "posmodernidad"- un nuevo acercamiento a la realidad cultural que vivimos actualmente, tanto al ámbito de la museística como al pensamiento contemporáneo y a las esferas intelectuales en España y en Latinoamérica. El pretexto del ensayo no deja de ser fascinante: cuando, en enero de 2015, Iván de la Nuez acudió a una oficina gubernamental para dar de baja a su padre, fallecido unos días antes, de la Libreta de Abastecimiento, recibió un documento para el que no estaba preparado: le fue entregada una tarjeta de defunción a su nombre, expedida por los Servicios Necrológicos de la funeraria, debido a un error burocrático. La situación, que afortunadamente tuvo fácil solución, le hace plantearse qué puede pasar una vez que ya estás muerto. Convertido en fantasma de sí mismo, da comienzo a una suerte de necroficción que no es otra cosa que la vida misma.

No es fácil escribir sobre "Posmo", porque es un libro que se hace a medida que uno avanza las páginas. La etiqueta de "ensayo" sería imprecisa para caracterizar a un texto tan heterogéneo y ambicioso como este, pero al mismo tiempo el género del anecdotario se queda corto a la hora de definir su estructura y su dinámica creativa. A lo largo de cincuenta capítulos, todos ellos breves como pequeñas entradas de un blog, Iván de la Nuez nos ofrece un recorrido intelectual por anécdotas y reflexiones que revelan una meditada opinión sobre la situación contemporánea de la cultura. Uno de los temas fundamentales que trata, como no podía ser de otra manera conociendo la trayectoria del autor, es el estado de los museos y el estatuto del arte contemporáneo. En este ámbito, las anécdotas y los referentes que trae a colación el autor son del todo variopintos, y van desde autoridades como Marcel Duchamp o Joseph Beuys hasta contemporáneos y revolucionarios como Joan Fontcuberta o Werner Herzog.

Otro de los temas que más protagonismo asume a lo largo de "Posmo" son las teorías críticas decoloniales, aplicadas tanto a las artes plásticas como a la literatura y al pensamiento. Edward Said, Oswald de Andrade y Fernando Ortiz son algunos de los referentes teóricos que maneja Iván de la Nuez a la hora de plantear las diferencias entre las teorías poscoloniales al uso, con el multiculturalismo a la cabeza, y otras propuestas más arriesgadas como la transculturación que tanto peso ha tenido en Cuba. No descuida tampoco los discursos que en el ámbito de la literatura han proliferado en torno a los sujetos étnicos, las culturas subalternas y los estudios culturales: ejemplo de ello son los libros de Alejo Carpentier, Derek Walcott y Aimé Césaire. Asimismo, es también interesante el diálogo que mantiene el autor con otros escritores e intelectuales españoles, tales como Jorge Carrión, Manuel Vilas y Daniel Inerarity.

En cualquier caso, el auténtico atractivo de "Posmo" reside en su carácter irreverente, ejemplificado en las páginas que proponen una teoría cultural en torno al fenómeno del botellón o aquellas otras que definen la automicción como alternativa a la tan manida autoficción. Más allá del humor, hay también en este libro capítulos de sumo interés para gestores culturales, humanistas y personas del ámbito de la cultura, pues Iván de la Nuez ofrece relatos muy detallados de su experiencia en el ámbito de los museos.

En suma, "Posmo" es un ensayo atípico y fragmentario, pero de gran interés por la cantidad de temas que trata y por el rigor intelectual con el que aborda cada uno de ellos.

Darío Luque