Por qué miramos a los animales

Opinión:

En los años 70, John Berger se hizo tremendamente popular con Modos de ver, programa televisivo en el que enseñaba a contemplar el arte. Sus enseñanzas acabaron en un libro superventas del mismo nombre, y a partir de ese momento su nombre siempre estuvo ligado a la de los facilitadores de la cultura, los divulgadores que trabajar para que todo el mundo pueda disfrutar de la misma.

Esta obra de John Berger que ahora se lanza bajo el título de "Por qué miramos a los animales", es una colección de textos (artículos, relatos) que reflexionan y hacen reflexionar de manera lúcida sobre la relación entre los humanos y los animales a lo largo de la historia y la cultura. En la nota editorial de inicio lo explican muy bien: «La intención detrás de este volumen es recoger el pensamiento del autor sobre los derechos de los animales, la desaparición de la vida salvaje y la relación entre los movimientos animalistas y las luchas sociales.» Berger explora sobre todo la manera en que esa relación se ha roto en la era del consumo, donde los animales han pasado de ser compañeros, símbolos e incluso cultos divinos a ser un complemento de lo humano, del que se hace uso cuando se quiere y se desprecia cuando toca.

Igual que quiso que aprendiéramos a ver el arte con tantos de sus libros, en este Berger muestra cómo observar a los animales puede provocar que entendamos el mundo de una manera radicalmente distinta. También nos revela cómo la experiencia de la belleza, ya sea en el arte o en la naturaleza, puede restaurar el vínculo perdido con los animales y con nosotros mismos. Es decir, esta corriente virtuosa funciona en los dos sentidos.

La obra de Berger es, como imaginan por lo ya dicho, una invitación a cuestionar nuestra visión antropocéntrica y a recuperar el sentido del gozo estético aparejado al respeto por la diversidad en nuestro planeta. De todo lo incluido en el volumen, quizá la pieza con más interés sea el que da título al libro. También hay un capítulo dedicado a la figura de Ernst Fischer firmado en el 1974, en el que con curiosas digresiones se narra un encuentro con el filósofo. 

Los textos han sido recuperados de momentos muy distintos en la vida y producción de Berger. El artículo que da nombre al libro es de 1977, aunque hay piezas que vieron la luz en 2001. Esto provoca que lo que encontremos dentro sea muy heterogéneo, pero de tanta calidad que no importa que ofrezca un conjunto poco definido desde el punto de vista de género literario. Funciona bien como está, pues lo que en él se cuenta es siempre interesante y pertinente, aunque el paso de unos textos a otros sea un auténtico salto con pértiga. 

Rafael Ruiz Pleguezuelos