Pistas falsas

Opinión:

"Pistas falsas" es una ficción especulativa muy centrada en las dimensiones antropológicas y sociales de lo que, a juicio de Néstor García Canclini, puede ser el mundo de aquí a unos pocos años. Dichas dimensiones están muy desarrolladas en las innumerables conversaciones, foros, ponencias y debates... que describen al detalle las futuras teorías académicas sobre lo que pasa con la sociedad, la cultura...

El problema es que, más allá de eso, no hay nada. Una construcción tan detallada a nivel social, cultural y antropológico no sirve de mucho si hay problemas de base, y en este caso los hay bastante gordos. De entrada, los retazos sobre cómo es el mundo a un nivel más global que el del entorno inmediato del protagonista son escasos, sin explicaciones extensas de cómo se ha llegado a ese status quo ni de las verdaderas dinámicas internacionales.

Resulta poco creíble, además, que tantas cosas se hayan perdido en apenas diez años desde hoy para que haya necesidad de que los arqueólogos indaguen sobre el inicio de este siglo. Por otro lado, tampoco me pareció razonable que la ligera tendencia actual hacia el espectáculo en la cultura y el mayor interés por el autor que por su obra lleven en tan poco tiempo a extremos como los que se describen. Por no hablar de que se habla de reprografías para recuperar obras perdidas, pero no de internet, salvo para hablar de ciberataques y ciberguerras. Aparte, las dinámicas locales que más se desarrollan son tan propias de Latinoamérica que, como europea, me ha resultado difícil tanto identificarlas como comprenderlas. Y las cosas que se cuentan del futuro de Europa me han parecido bastante surrealistas.

Aunque todo esto no jugara en contra, lo haría otra cosa: que en realidad no hay ninguna historia. Como ya he dicho, abundan los debates académicos de antropología y sociedad. Más allá de eso, solo tenemos a un señor chino que tiene una amante con la que tiene debates académicos de antropología y sociedad, que habla con amigos sobre temas académicos de antropología y sociedad y que viaja a distintos puntos para tener debates académicos de antropología y sociedad. Comprensible es, pues, que me haya aburrido tanto, dado que los debates académicos de antropología y sociedad no me interesan demasiado, y menos cuando se debate en el contexto de un futuro inexistente que me ha costado creer.

Déborah F. Muñoz