Pequeño libro de moda en Londres

Opinión:

Si París es la ciudad de la elegancia con el estilo natural e innato de las parisinas, Londres es la ciudad del estilo, de la creatividad, porque si hay algo que hacen bien, es que utilizan la moda como forma de expresión, lo que aporta a las prendas oriundas de la capital anglosajona de colorido, variedad, extravagancia en más de una ocasión, pero, sobre todo, de espíritu de libertad. Si quieres conseguir lo último en moda, viaja a Londres porque, lo más importante, hizo arraigar la moda en sus calles, la hizo asequible, no como la alta costura en París destinada a los más pudientes. Desde sus comienzos, allí se fabricó moda para las masas, lo que ayudó a que estilos tan creativos como la moda hippy, el punk, o la roquera, se internalizara tan rápidamente, y sigan siendo referentes en el mundo entero.

Y, ¿cómo consiguió llegar tan rápido al público de a pie? Londres empezó a erigirse como capital de estilo tras la Primera Guerra Mundial cuando la larga batalla librada por las sufragistas consiguió otorgar el derecho a voto a más de 8 millones de mujeres. Esa libertad la trasladaron a su modo de vestir: adiós corsés y vestidos agobiantes, y hola a prendas más sueltas y funcionales. Esas mujeres expresaron sus derechos a través de la moda, y así ha seguido hasta ahora. Ellas fueron las primeras que experimentaron con los pantalones en la década de los 20; nos trajeron la prenda londinense por excelencia, la minifalda; el vestido de seda de corte al bies, ese imprescindible en cualquier evento; o la gabardina Burberry tan mundialmente imitada. Esas mujeres también pasaron la Segunda Guerra Mundial trabajando hasta la extenuación en fábricas donde adaptaron su estilo; todos tenemos la icónica imagen de ellas enfundadas en el mono Land Girl azul complementado con un pañuelo en la cabeza.

Sin duda, esto no hubiera sido posible sin un elenco de diseñadores de la talla de Mary Quant,quien fue la primera en ofrecer la moda juvenil a las masas situando a Londres en el mapa de la moda; Laura Ashley, una galesa que estampó sus propias telas para crear sus característicos vestidos de estampados florales que siguen siendo tan populares hoy en día; Vivienne Westwood vinculada a una estética más trasgresora con sus tiendas famosas por su ropa punk y fetichista; Margaret Howell que ejemplifica el enfoque unisex de la moda que tanto se popularizó en la década de los 80; Bruce Oldfield (desconocido por mí) a quien se le atribuye el mérito de aportar glamour al vestuario de la princesa de Gales; o los que no necesitan de presentación, como John Galiano o Alexander McQueen, y las diseñadoras del nuevo milenio como Stella McCartney o la propia Victoria Beckham, en cambio esta con un estilo mucho más pulido a los anteriores.

Y su trabajo no habría adquirido la expansión internacional que tiene si no hubiera sido por la cantidad de celebrities que se rindieron y se convirtieron en iconos de su estilo, desde músicos como David Bowie, o los Beatles, hasta modelos como Naomi Campbell o Kate Moss, sin olvidar y tener un lugar preferente en la moda londinense, la princesa Diana de Gales.

Londres hizo que la creatividad y la moda alternativa se democratizara desde la década de los 60, llegando por fin a todos los rincones del planeta. Este "Pequeño libro de la moda en Londres" es un paseo por su historia con magníficas ilustraciones repleto de pequeñas anécdotas que todo coleccionista debería tener. 

Decía Mary Quant que "La moda es una herramienta para competir en la vida fuera de casa". No nos echemos las manos a la cabeza porque es una gran verdad. Echémosle imaginación a nuestra forma de vestir porque si no estáis de acuerdo con esa afirmación, aquí va otra más reciente: "Vístete para el puesto que quieres, no el que tienes". 

Belén Flores