para leer al pato donald. comunicación de masas y colonialismo

Título: para leer al pato donald. comunicación de masas y colonialismo
Título Original: (para leer al pato donald. comunicación de masas y colonialismo,1972)
Autores: Ariel Dorfman, Armand Mattelart
Editorial:
Biblioteca Nueva
Copyright: © Siglo XXI Editores, S.A. De C. V., 1972
© Siglo XXI Editores Argentina S.A. 2002
© Editorial Biblioteca Nueva, 2012
1ª Edición, 2012
ISBN: 9788415555032
Etiquetas:
autores
chilenos
comic
cómic
escritores
filosofía
ilustración
ilustradores
literatura chilena
marketing
política
propaganda
publicidad
sociología
tebeo
Argumento:
Incluye viñetas de Disney
Ariel Dorfman y Armand Mattelart exponen sus ideas sin miedo mostrando no sólo esta crítica al Imperio Disney sino, también, a la sociedad capitalista de finales del siglo XX. A este nuevo colonialismo proveniente de Estados Unidos que está representado por Disney y otros productos como Coca Cola o McDonalds.
Opinión:
¿Puede un librito de apenas 182 páginas mover tantas conciencias y derrumbar la visión idílica de uno de los imperios más importantes y globales del mundo como es Disney? Pues, la verdad, es que sí. Es más, tras la lectura de “Para leer al Pato Donald” uno ve a los personajes de Disney con otros ojos, mucho más críticos. Es como una venda que cae de los ojos y permite ver lo que se encierra tras unas, en apariencia, inocentes viñetas o series animadas.
Aunque fue escrito originalmente en 1972 - un momento en el que las relaciones entre Chile y Estados Unidos eran bastante tirantes - el mensaje que se quiere transmitir sigue muy vigente. Es un libro que, de verdad, no deja indiferente a nadie.
La idea principal que se extrae de “Para leer al Pato Donald” es la mordaz crítica que hace de la sociedad capitalista, especialmente de la estadounidense. Una sociedad, ésta última, que impone su cultura al resto del Mundo y de las culturas a las que, la mayoría de las veces, mira con cierto aire de superioridad y así lo hacen constar los autores basando sus ideas con muchos ejemplos a lo largo de todo el libro. Ellos analizan tanto las series animadas como las revistas de Disney que se publican en Chile. Así, comprueban como en los ejemplares dedicados a África, Asia, Sudamérica y Oceanía las culturas de estos lugares son consideradas inferiores a la estadounidense, la única zona geográfica que se salva es Europa. Teniendo en cuenta esta conclusión, el lector se da cuenta de que en el fondo, Disney no es tan inocente como aparenta e, incluso, tampoco es tan infantil. La verdad es que “Para leer al Pato Donald” nos muestra un mundo Disney bastante negro.
No sólo está este aire de superioridad a nivel cultural sino que hay otros aspectos que también son bastante dañinos (o incluso más). Según Ariel Dorfman y Armand Mattelart, Disney era un poco misógino. ¿Y por qué piensan esto? Pues porque se dan cuenta de que, en todas las series animadas de la factoría Disney, el papel de los personajes femeninos es muy secundario con respecto a los masculinos. Hay pocas “mujeres”, o mejor dicho personajes femeninos, y las que hay tienen un papel muy limitado; eternas novias. Pero unas novias sin ningún tipo de roce con sus “amados”. Ni Daisy ni Minnie tienen ninguna escena romántica ni con Mickey ni con Donald. Esto es algo que ha llamado mucho la atención de los autores, ellos llegan a la conclusión de que es debido a la propia idea que Disney tenía sobre la familia.
Ariel Dorfman y Armand Mattelart muestran como, en cada una de estas familias Disney no hay padres ni madres. La única relación de parentesco que se establece es entre tíos y sobrinos (Donald y sus sobrinos - que al ser chileno el estudio son nombrados por los nombres que tienen en el país andino-; Daisy y las suyas; Donald y el Tío Gilito etc.) Disney no quería saber nada de padres o progenitores, estaba en contra de cualquier relación que tuviese que ver con el sexo. Sus personajes son demasiado puritanos en este sentido.
La verdad, es que “Para leer al Pato Donald” es una lectura con mucha miga. A pesar de su corta extensión no es de los que se recomienda leer deprisa sino con calma ya que la cantidad de datos e ideas que aporta son muchísimas. Es una lectura, además, con muchos matices: tiene su parte de crítica social, de Filosofía, de Sociología, Económica, Cultural...Matices que contribuyen a darle más valor.
A pesar de haber sido escrito en 1972, todas las ideas y conclusiones que aporta siguen estando muy vigentes. Disney sigue siendo Disney tanto ahora como antes.
Concluyendo: un profundo análisis de la obra de Disney que muestra al público la cara oculta descubriendo que no es tan inocente ni infantil como aparenta. Si se profundiza en ella aparecen todos los puntos que enumeran los autores con los que estoy muy de acuerdo a pesar de ser el Pato Donald uno de mis personajes favoritos.
Ysabel M.
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