Pájaro lindo de la madrugá

Opinión:

Este es un libro extraño, porque es un ensayo político camuflado en una débil ficción literaria, porque esta es una mera excusa para ofrecer una interpretación del personaje de Fulgencio Batista y los azarosos años que acompañaron a este personaje de la historia cubana.

Precisamente en el confuso diseño de la obra, cargada de un torrente de menciones a sucesivos acontecimientos históricos que desbordan al lector poco versado en la historia cubana, no acaba de encontrarse la pauta que realmente aclare al lector si se enfrenta a una novela o a un ensayo reivindicatorio de ese singular personaje que fue Batista.

A tal extremo que la autora convierte su pretendida ficción en un ajuste de cuentas escasamente literario contra la revolución de Fidel Castro, aportando datos de los intentos reformistas de los gobiernos de Batista y pasando de puntillas por las sombras del personaje y sus hechos, que resuelve con dudosas comparaciones de situaciones similares de sus enemigos.

Sin duda la autora ofrece una perspectiva inédita y valiente, porque se atreve a reclamar la memoria de un personaje que la historia ha dejado en un rincón oscuro, fijado como el gran derrotado de una revolución cuya legitimidad histórica provenía de acabar con un régimen agotado, fijado en la posteridad con recursos icónicos como esa imagen de Cuba como un lupanar y casino propiedad de la mafia norteamericana.

Sin duda es interesante algunos de los datos que aporta, como la presencia de ministros comunistas en los gobiernos de Batista, o los intentos reformistas en algunos casos investidos de principios constitucionalistas, que ofrecen una lectura más amplia y rica de la realidad cubana pre-revolucionaria.

Y sin duda la obra ofrece una visión muy útil para entender el contexto de inestabilidad política que explica el protagonismo de un personaje como Batista. Esta es una obra interesante para los interesados en la historia cubana, más allá de las percepciones, convicciones o estado de ánimo que se puedan tener con respecto a la época protagonizada por Fidel Castro, porque ofrece una perspectiva distinta y casi inédita en ese asunto.

El problema del libro es que falla en cuanto a su diseño literario y estructura narrativa, porque no llega a ser una novela al usar la ficción como una excusa para describir y contextualizar el pasado desde su muy personal punto de vista, pero tampoco es un ensayo histórico propiamente dicho, ofreciendo en cambio un artefacto creativo que resulta un ejercicio personal en defensa de la figura del singular personaje que fue Fulgencio Batista. No obstante, es un libro interesante, polémico, provocador, en la medida que ofrece una visión distinta de la historia cubana de la segunda mitad del siglo XX, de lectura sugerente para los interesados en su pasado.

Jorge Riet