País de nieve

Opinión:

A veces, la vida nos lleva por derroteros desconocidos y tenemos que aceptar que nada es como tiene que ser. Convertirse en geisha para poder ayudar a otros no parece ser la vida que hubiera deseado la protagonista de esta novela. Si, novela. El formato manga que ha utilizado Quaterni para esta colección le da un toque más moderno, más cercano, quien sabe, a los jóvenes.

Sin embargo, la propia editorial advierte que no está de acuerdo con ciertos aspectos de lo que se narra, ni las actitudes de ciertos personajes. ¡Punto para Quaterni! Nos deja bien claro que una cosa es la obra escrita y el pensamiento que emana de ella, por un lado, y por otro, la realidad actual.

Siguiendo este mismo tono, también nos explica cómo ha de leerse un manga y porque se empieza de derecha a izquierda, de la misma manera, también tiene un listado de los personajes al principio y, al final, un glosario que nos contextualiza de todo lo que va sucediendo a lo largo de esta historia. ¡Doble punto para Quaterni!

Pero, ¿qué historia es esta? Pues una de una geisha que se enamora de un hombre casado que va cada estación invernal a unas termas donde trabaja ella, como aprendiz, para deleitar a los visitantes con su talento musical, inteligencia y conversación. Aunque la relación es efímera y libre,

Lo interesante de este paso de novela a cómic es su calidad visual, se lee, se percibe, se siente, sobre todo esto último, con los gestos y el atuendo de los personajes. Es una joya estética en cuanto a su contenido, pero el soporte no se queda atrás, han cuidado cada detalle para que se lo más fiel a la obra original.

Es una obra sensible, tanto por el mundo interior de cada personaje, que hay algunos más intensos que otros, como por la percepción de la naturaleza, que es un tema muy recurrente en el arte nipón: disfrutar de lo sencillo y lo sublime, de la calma y la voracidad del tiempo.

Carol Inabé Barba