Padres, hijos y primates
Título: Padres, hijos y primates
Título Original: (Padres, hijos y primates, 2011)
Autor: Jon Bilbao
Editorial:
Salto de Página
Colección: Púrpura
Copyright:
© Jon Bilbao, 2011
© Salto de Página, 2011
Edición: 1ª Edición, Marzo 2011ISBN: 9788415065067
Tapa: Blanda
Etiquetas: literatura española relaciones sociales México venganza libros premiados novela corta novela
Nº de páginas: 174
Argumento:
Joanes posee su propio negocio, está felizmente casado y es padre de adolescente, pero siente su vida como una especie de premio de consolación y sospecha que un profesor de su etapa universitaria tuvo mucho que ver con el desafortunado viraje que sufrió su prometedora carrera profesional. Durante un accidentado viaje a México, Joanes verá cómo el azar le sirve en bandeja la oportunidad de reencontrarse con el anciano profesor y ajustar las cuentas pendientes entre ambos.
Premio Otras Voces, Otros Ámbitos 2011
Opinión:
Creo que existen pocos temas literarios tan atractivos como la
venganza. En el interior de Joanes, protagonista de la segunda
novela que Jon
Bilbao publica en la editorial Salto de Página, la venganza
habita desde hace mucho tiempo como un tumor dormido, como una
bomba de relojería que, más tarde o más temprano, despertará,
terminará activándose. Joanes es un buen tipo, un hombre civilizado
que coge sin rechistar un vuelo transoceánico para asistir a la
boda de su despreciable suegro, a pesar que lo mucho que lo
detesta; un padre de familia que lucha por sacar adelante un nada
boyante negocio de aire acondicionado y por mantener por sus
propios medios a su mujer y a su hija, autora precoz de una novela
de vampiros nihilistas. Pero, además de todas esas cosas, o quizás
habría que decir antes que todas esas cosas, Joanes es una víctima
que desea vengarse del hombre al que hace responsable del fracaso
vital que le ronda desde que terminó sus estudios universitarios y
todo comenzó a irle mal. Jon Bilbao consigue darle a esa
venganza que vive en Joanes una dimensión total en su última y,
desde luego, magnífica novela.
Padres, hijos y primates es la historia de una venganza que se intuye como amenaza desde las primeras páginas, que se va gestando como una fuerza cósmica, en paralelo al violento tornado que asola México durante el viaje de Joanes y su familia. El estilo seco, de frases cortas y poco dado a la adjetivación que Jon Bilbao ha convertido en uno de los rasgos más reconocibles de su escritura, es un afilado punzón con el que perfila una trama que va haciéndose más asfixiante párrafo a párrafo, que nos hace temer desde muy temprano lo peor, sin que acertemos a precisar qué es exactamente ese lo peor; intuir, en definitiva, que algo terrible está siempre a punto de pasar. Y esto, sin aspavientos ni efectismos, sirviéndose con sabiduría de una serie de elementos diseminados aquí y allá que parecen anticipar otros, fundamentales dentro del relato. Así, el tornado, una fuerza natural que desencadena el caos, precede simbólicamente a la violenta explosión emocional que amenaza con apoderarse del en apariencia inofensivo protagonista.
La figura masculina autoritaria del suegro, un macho alfa que siempre parece cuestionar la valía de su yerno y su capacidad para sacar adelante a su familia, podría interpretarse como sutil cartel anunciador de otro personaje, el profesor al que Joanes responsabiliza de todas las cosas que han ido saliendo mal en su vida desde que abandonó la universidad. El primer chimpancé que aparece en el tramo inicial de la novela, una simpática hembra con una pulserita de plástico en la muñeca, prefigura también a un segundo mono, trascendental en el desenlace que conocemos en la tercera y última parte. Por otro lado, Jon Bilbao hace que el paraíso amable del México de los resorts y los desayunos pantagruélicos vaya fundiéndose con un entorno más y más peligroso e ingobernable,cada vez. El hombre occidental que se siente a resguardo en su cómoda habitación de hotel cinco estrellas, armado con un teléfono móvil vía satélite, empieza a pisar un terreno movedizo cuando se aleja demasiado de esa seguridad en el fondo tan precaria y se adentra en una carretera mexicana caótica que parece no conducir a ninguna parte y donde, curiosamente, coincidirá con el hombre tan admirado y odiado que en su día, a muchos años y kilómetros de distancia, sentenció que su vida sea tal cual es.
Es admirable cómo en un espacio verdaderamente breve, apenas ciento cincuenta páginas, Jon Bilbao construye esta bajada a los infiernos de un hombre moderno, civilizado, amante de su familia y cortés con los desconocidos. Una bajada a los infiernos que se concreta en la tercera sección de la novela, en el barracón siniestro, sin luz eléctrica, ni muebles, más parecido a una cueva prehistórica que a un refugio de viajeros perdidos al que van a parar Joanes, el viejo profesor y su esposa inválida. Para entonces, el clima asfixiante que el autor ha creado ya no afecta tan solo a sus criaturas de ficción, sino que cada lector es una víctima más de esa tensión insoportable, de la atmósfera de odio y de lucha a vida o muerte que se hace más intensa por momentos entre los personajes. Dentro del ruinoso barracón asistiremos, presas del terror y de la fascinación por el mal, como ellos mismos, a una serie de acontecimientos que se precipitan y suponen, sin duda, un paso atrás en la evolución de nuestra especie, una regresión a aquel pasado salvaje, primitivo, en el que el hombre y el mono eran todavía seres prácticamente idénticos.
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Comentario de los lectores:
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