oxford 7

Opinión:

Entre tantas oportunidades de lectura y ofertas que se tienen en el mundo literario puede ser que en alguna ocasión se nos escape alguna novela que si bien no será una de las grandes obras de la Literatura Universal sí es cierto que durante un buen puñado de minutos nos va a dar una de las cualidades que se buscan en un buen libro, la evasión. Y Oxford 7, con alguna pequeña objeción, es una de ellas.
 
Pablo Tusset es un autor cuyas anteriores obras tenían elementos de comedia y eran una mezcla de diferentes estilos. Con esta nueva novela se sigue en cierta forma la línea, si bien en este caso lo que queda es más bien ironía que ayuda a hacer crítica de ciertos elementos sociales. Y sobre todo un pequeño homenaje a la ciencia ficción. Bien por referencias en cuanto a nombres de personajes, por poner un ejemplo, la rectora Emily Deckard, que no tengo miedo a equivocarme y haría referencia a Rick Deckard, protagonista de Blade Runner o que el propio nombre de esta universidad, Oxford 7 sea traído de Nexus 6, el nombre de los replicantes de la misma Blade Runner. O que el que todo ser humano lleve incorporado un microchip que permita en todo momento tenerlo controlado pueda ser un remedo de la sociedad que se nos presenta en 1984 de George Orwell. Y muchas cosas más que no desvelo para que lo podáis ir haciendo mientras leéis la historia.
 
La novela se puede decir que está dividida en dos mitades. Por un lado tenemos los acontecimientos iniciales que ocurren en Oxford 7 y que nos van a presentar a los personajes y sus incentivos para participar en los sucesos que van a ocurrir y sobre todo descubrir qué se esconde en su preparativo de viaje. La otra parte es cuando llegan a su destino, a la ciudad de Barcelona. Aquí es cuando la historia sube enteros y podremos ver una ciudad futura con sus límites marginales. Y es hacia esos lugares marginales, con sus propias leyes hacia donde los jóvenes deben acudir. Aquí es donde le veo la mayor pega a la novela. Y es que siendo la parte más interesante, la que podría haber desarrollado el mosaico de seres que nos vamos encontrando en su deambular por estas calles, se queda en una ligera pincelada y da la sensación de urgencia por hacer lo que han ido a hacer. Me hubiese gustado tener algún capítulo centrado en ofrecernos ese collage de seres.
 
Sin embargo, la novela tiene sus momentos de intriga, de persecuciones, de resolución de conflictos y sobre todo ayuda al escritor a dar toques críticos para ver hacia donde podemos concurrir dentro de unos cuantos años. Y mostrarnos de esta forma cómo puede ser nuestra vida futura. Otro ejemplo sería que hay ciertas clases en la universidad que estudian la historia de la Coca Cola, ya que es esta bebida la que patrocina a la universidad.
 
Una oportunidad para dejarnos visitar una ciudad futura, unas manera de vivir diferente, colonias extraterrestres donde ir a estudiar y que son, como ha ocurrido en muchas ocasiones, los centros de revoluciones ideológicas, y que siempre hay alguien que se muestra contrario a ello. A buen seguro que durante el tiempo que dure vuestra lectura os olvidaréis de vuestro alrededor y os parecerá que estáis al lado de estos estudiantes. Y aquellos más amantes de la ciencia ficción se divertirán buscando las referencias, que si bien nos he indicado alguna, seguro que hay ocultas algunas más. 
 
Fernando Martínez Gimeno