odio

Opinión:

Dentro de las diferentes lecturas y acercamientos que tienen los escritores hacia desastres que podrían ocurrir  en un futuro cercano, y más si cabe a cómo podrían acaecer, la novela que tenemos para esta reseña, creo que es una de las más cercanas a la posible realidad.

David Moody ha conseguido, escribiendo la historia en primera persona desde la perspectiva de Danny, el padre de familia, trasmitir toda la angustia y perplejidad ante lo que está viendo y lo que está sucediendo en su alrededor. La gente de repente empieza a atacar al que tiene al lado y lo que en principio son brotes aislados de violencia, al final se va convirtiendo en una espiral de violencia que tendrá fatales consecuencias.

El libro se divide en dos partes bastante diferenciadas, ya que en la primera se ve la evolución de la violencia y es en la segunda cuando hay que tomar partido por uno u otro bando. Además es una especie de diario en el que Danny nos cuenta su vida cotidiana, su camino al trabajo, su poca gana de trabajar ante una jefa opresiva, su mal carácter en casa con sus hijos, en definitiva que la violencia no tiene por qué ser física, ni tiene que tener una raíz clara, simplemente está subyacente y aflora en cualquier momento en nuestro quehacer diario.

Moody lo ha llevado al extremo de la violencia asesina, quizás para darnos un toque de atención, ya que continuamente se ven en los medios de comunicación asaltos, palizas, etc. y en este libro, que creo que se podría considerar como una fábula, con su historia y su moraleja final, se ve claramente. Al principio de algunos días, y en cursiva, se nos cuenta un episodio (hay uno en una vasectomía realmente hilarante) de violencia en cualquier ámbito de la vida, sin importar credo, ni clase política, ni raza.

Hay momentos de angustia que se transmiten de una manera muy efectiva, esa narración en primera persona hace que se viva intensamente el devenir de ideas al intentar analizar la situación en la que empiezan a encontrarse y sobre todo el instinto de supervivencia del ser humano. Al ser un padre de familia con tres niños pequeños, aparte de alejarnos al protagonista de la imagen de un héroe comercial, nos pone al personaje a la altura de cualquier persona normal y las situaciones que va a vivir son las cotidianas de cualquier día del año. Y pese a ser un libro sobre la violencia, las escenas en las que sale este sentimiento de odio que todos llevamos dentro no son muy explícitas ni sobrecargadas, simplemente ocurren y la trama se centra en los pensamientos y reacciones de la gente ante tal situación.

Y sobre todo la segunda parte del libro os impresionará, ya que el hilo conductor cambia drásticamente de dirección y se va a ver la cosa de otra manera y lo que antes era blanco ahora es negro. La comparación con La Naranja Mecánica (de Stanley Kubrick) por esas escenas finales de violencia son inevitables.

Sinceramente os lo recomiendo, ya que podréis leer una historia que podría ocurrir mañana mismo si no lo está haciendo ya. Sobre todo me ha gustado la forma de contarlo, que como voy diciendo en la reseña, hace que te parezca estar en el salón de la casa de Danny viendo por la ventana lo que él ve y lo que siente.

Esperemos que el salto al cine no se centre en la parte de la violencia y sea una película que nos haga pensar como lo hace el libro. Espero eso, ya que Guillermo del Toro al mando de las operaciones me da buenas sensaciones. Esperemos. 
  
Fernando Martínez Gimeno