No somos marionetas de los dioses

Opinión:

"No somos marionetas de los dioses" es la nueva novela de Déborah F. Muñoz, de quien tenemos reseñadas varias anteriores, donde desarrolla una compleja historia, llena de aventuras y alternativas, que se mueve en un mundo de fantasía, en el que la magia está muy presente, formando un entramado bien consistente y que se sigue con mucha facilidad.

En principio y tal como está planteada, se trataría de una novela autoconclusiva, al menos en lo concerniente a su trama principal, que tiene un cierre adecuado, pues en un mundo complejo como este y en el que podrían ocurrir acontecimientos en cualquier sentido, también podrían aparecer nuevas historias, que se nutrirían de la estructura que se ha presentado en esta.

La narración está desarrollada siempre en tercera persona, de manera que seguiremos las vicisitudes de los diversos personajes, sean protagonistas o secundarios, en cada uno de sus escenarios; eso sí, sin perder de vista a Datne, que es la protagonista y centro de la acción, por más que en ocasiones esté muy lejos, ya que esa misión, que nunca llega a aceptar del todo, la llevará por lugares bastante apartados del mundo que ella haya podido conocer.

Mientras ocurre eso, el resto de personajes, la mayoría humanos, se moverá de acuerdo a sus propios intereses, en los que Datne estará muchas veces implicada, sea o no para su bien, pues habrá quienes querrán valerse de sus capacidades o de ella misma, para conseguir lo que desean. Y aquí habrá de todo, pues si entre los rebeldes habrá diferencias sustanciales en cómo afrontar el futuro, en el entorno del Emperador habrá también quién se guíe por sus convicciones personales.

El sistema de magia es coherente con los sucesos que han llevado a la situación actual y la elaboración de los hechizos se percibe como lógica y natural, pues prescinde de las típicas jerigonzas herméticas y fijadas por toda la eternidad. Aquí se tiene que comprender tanto la necesidad como el propósito, para adaptar entonces las acciones en consecuencia, teniendo en cuenta además que el uso intenso de esos procedimientos podrá drenar la propia energía vital o conducir la existencia hacia derroteros desconocidos.

Resulta muy fácil entrar en la dinámica de los personajes y de los acontecimientos, pues la narración es muy fluida desde el principio e invita a unirse a las aventuras que se sucederán una tras otra, de manera que el lector se sentirá como un participante más, pues la propia imaginación le transportará a ese mundo de fantasía que nos ofrece la autora.

Así, tal como me ha parecido, "No somos marionetas de los dioses" es una excelente novela de fantasía, con una lectura tan atractiva como adictiva, que dejará huella en el lector.

Selin