No llores por un beso

Opinión:

Dicen que Mary Higgins Clark es la reina del suspense; y "No llores por un beso" no carece de él, por supuesto.

La trama, sin embargo, no se basa en esta ocasión en uno o varios crímenes, aunque los hay, sino que se asienta en los "tejemanejes" de una gran empresa, en este caso una Cadena de noticias televisivas como es REL News, líder en audiencia y que va a cotizar en Bolsa en pocos días.

En esta parte de la reseña voy a anotar primeramente un par de dudas:

La protagonista, Gina Kane, es una reportera de investigación a la que encanta su trabajo y no se rinde en busca de un reportaje estrella; aunque, en mi opinión, me parece curioso que una joven tan combativa e independiente acepte sin más la orden de romper con su novio por e-mail sin darle explicación alguna ni volver a verlo, más aún cuando ese mismo día tenían programada una cena íntima en la que iban a sellar su compromiso. También, una joven bien formada, que descubre que se enfrenta a una trama criminal sin escrúpulos, acaba cometiendo algunos errores casi infantiles. Se lanza al vacío completamente sola aunque duda de si eso es lo mejor para su persona e ignora si su trabajo, que ya no interesa a la revista que le dio el ok, saldrá a la luz.

Este punto anterior no lo veo demasiado lógico.

Y también me ha llamado la atención la astronómica cantidad de dinero que REL News entrega al abogado Michael Carter para que acalle a las víctimas de lo ocurrido allí, nada menos que dos millones de dólares a cada una de las conocidas que, poco a poco, se van multiplicando, y que ese dinero se lo den los directivos bajo cuerda a pesar de que él se ha despedido y trabaja por su cuenta. Ni el contable de la empresa ni el que le da los dólares conocen a ese hombre, que ya no está en REL News, ni tratan de hablar con el responsable único de lo que ocurre sino que van poniendo parches para tapar su corrupción, cosa que les lleva a un derroche de dinero que no pueden justificar.

Dicho lo anterior, el libro pone de manifiesto el gran poder del dinero, de las grandes compañías, el desprecio total por las personas si se trata de mantener un status o se pone en riesgo salir de la élite. La corrupción no tiene límites ni conciencia, está claro, y esa es la base de la trama principal. Esta parte de la novela sí me ha parecido impecable y clarificadora.

Por lo demás, los seguidores de Mary Higgins Clark tendrán de nuevo buenas dosis de suspense.

Pilar López Bernués