No digas que me conoces

Opinión:

Ángel de Lajusticia es el motor que da fuerza y sentido a este relato. Periodista anarcosindicalista, coincide en la cárcel Modelo de Barcelona con el personaje que cambiará su vida. Contratado por éste para que escriba su historia, irá descubriendo y sorprendiéndose al mismo tiempo de todo cuanto le cuenta. Por lo inverosímil que le parece su relato, inicia una investigación para contrastar información y que le demuestre, o le desmienta, cuánto es fruto de la imaginación y cuánto hay de realidad.

Lo mismo le pasa al lector, que incrédulo se relaja para asistir a una divertida aventura, qué quién sabe si al final no estará compuesta por una compilación de mentiras o la más sorprendente crónica de sociedad.

Desde la fuga de la cárcel de Áviles, sus peripecias al otro lado del Atlántico, las mujeres con las que se casó y abandonó después de estafarlas y los bancos de medio mundo que timó; son muchos los lugares a los que viajó, haciendo sospechar al periodista de si todo será verdad, asombrado por la perfección de sus disfraces y la simplicidad de sus actos. De religioso, militar o incluso disfrazado de Alfonso XIII, consigue engañar a quién se propone, por el único placer de una venganza contra el sistema y su pasado.

La convulsa situación que vive Cataluña, una ciudad de bombas y represión, y la lucha entre sindicatos, son aprovechadas por el autor para enmarcar una trama paralela que tiene como protagonista al periodista Ángel de Lajusticia, y que da sentido al título de la novela.

El cambio que se produce en España con la llegada de Primo de Rivera o la inclusión en la novela de algunos pasajes sobre la figura de Gaudí, son el complemento perfecto para el cambio de vida de nuestros dos personajes protagonistas.

Estas páginas son también un homenaje a la labor periodística de los años veinte y a quienes dejaron testimonio en los diversos periódicos y revistas nacionales, como La Vanguardia, El Sol o Mundo Gráfico.

Gracias a la documentación aportada por la familia de Llucià y a una extensa labor de documentación, el autor consigue recrear el ambiente, presentar un personaje divertido, tanto como desconocido, entretener con una trama bien construida, en la que nada sobra, y contagiar con la aventura a quien la lee.

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