niños de tiza
Título: niños de tiza
Título Original: (niños de tiza, 2008)
Autor: David Torres
Editorial:
Algaida
Copyright: 1ª Edición: 2008
Premio Hammet a la mejor novela policíaca
ISBN: 9788498771213
Etiquetas:
autores
escritores
españoles
género negro
hispanos
libros premiados
literatura española
literatura hispana
policiaca
policiaco
premio
Argumento:
Roberto Esteban, el protagonista de la historia, regresa al barrio madrileño de San Blas, en el que transcurrió su infancia, con el objeto de cuidar a su madre viuda tras una operación de varices. Toda su familia la constituye esa madre y una tía (arpía y detestable, hermana de su padre). Tras unos años marcados por el boxeo y luego dedicados a trabajos como matón, Roberto rememora, nada más pisar las antiguas calles del barrio, una infancia centrada en los últimos años de Dictadura y los primeros de Democracia… Un viejo callejón en el que todavía se ve la “mano negra”… ¿Leyenda urbana?, amigos como “Richi”, el “Chapas” o el “Jeringuilla”, matones y amores imposibles en la adolescencia (la bellísima Lola…) Todo se conjuga en su mente para hacerle revivir entrañables recuerdos, en los que no faltan curas rojos, el sacerdote Osorio y, sobre todo, Gema, una niña minusválida que cantaba junto al callejón, sentada en un balcón del que pendían sus piernas muertas y a la que los chavales (medio en chanza y medio con un sentimiento de sensibilidad, apodaron “la sirena” cuando vieron cómo se desenvolvía en el agua del pabellón deportivo “de barrio”).
La muerte de Gema jamás quedó clara en la mente de Roberto, y en esos momentos, al recorrer las antiguas calles, todo se agita en su interior mientras contacta con algunos antiguos compadres, intima con Lola y se ve inmerso en una vorágine en la que no faltan los intereses creados (se especula con la candidatura de Madrid para los Juegos olímpicos y unos terrenos).
La candidatura olímpica se pierde y, a partir de ahí, TODO parece desmoronarse.
Opinión:
El libro ha ganado un Premio, un Premio como novela negra, pero yo creo que lo menos trascendente de la obra son las muertes, que sólo aparecen de refilón. Toda la novela se basa en recuerdos de una persona que vivió “a caballo” entre una Dictadura y la incipiente Democracia. En ese sentido es genial. Y aquellos lectores de cierta edad, los que puedan identificarse con “canicas en la calle”, “curas rojos”, carreras delante de “los grises” o juegos en descampados cercanos a la vivienda habitual, se sentirán fenomenal. La lectura del libro me ha obligado a pensar en esa serie televisiva “Cuéntame cómo pasó” porque, básicamente, eso es lo que narra: La vida de los años 60-70-80. Lo menos trascendente, en la novela, son los crímenes, que quedan postergados, de soslayo, no son motivo de investigación y apenas trascienden; por ese motivo no me he atrevido, en la presentación, a calificar el libro como Novela-Negra, pese a que la narración ha ganado un premio en ese género…
Lo que sí es cierto es que la obra engancha, está muy bien escrita y no me cabe la más mínima duda de que hará las delicias de muchos lectores, especialmente de aquellos que ya tengan una edad y se identifiquen con las regresiones al pasado del protagonista porque, sin duda alguna, podrán revivir su infancia, sus juegos en la calle, las “hostias” de algunos profes, las Misas de domingo y un sin fin de episodios que marcaron una época.
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