Mucho después de medianoche

Opinión:

Minotauro sigue apostando fuerte a las reediciones de las antologías de cuentos del gran Ray Bradbury. Sabemos que es un autor que no necesita presentación, y en "Mucho después de medianoche" nos vamos a encontrar con piezas que en su mayoría fueron escritas en los años setenta. Maestro del relato corto, Bradbury ofrece aquí algunas piezas de colección, en concreto algunas historias que quedaron fuera de su mítica "Crónicas marcianas", así que con esto podemos intuir que de entrada la calidad de lo que vamos a leer está asegurada, pese a que habrá alguna que otra que no sea tan buena.

Y como no solo de ciencia ficción vive el aficionado, vamos a disfrutar de cuentos de terror en la mejor tradición de Weird Tales, como por ejemplo, "El juego de octubre". Un cuento pavoroso con un final de esos que ni se olvidan nunca, y que gustó tanto que en su momento fue adaptado al cómic. Otro memorable del género es "El hombre ardiente", una especie de soliloquio donde los personajes debaten sobre la existencia del mal en el mundo, y que fue adaptado a un capítulo de la nueva serie de TV de la Dimensión desconocida de la década de los años ochenta.

Tenemos buenos cuentos de amoríos adolescentes, autobiográficos, como una historia de amor que narra las implicancias del enamoramiento de un joven alumno de su maestra... Cuentos sensibles, de esos que tocan una fibra íntima y traen recuerdos personales, que nos hacen sentir identificados. "Una primavera intemporal" trata sobre la niñez y el crecimiento, dejar atrás lo que fuimos para convertirnos en alguien que no somos... Pasamos a ser adultos en el instante mismo del primer beso, pero, ¿muere necesariamente allí el niño que todos llevamos dentro? Preguntas y más preguntas buscando respuestas, porque Bradbury no sólo es un poeta excelso sino que es también todo un filósofo existencial, exquisito y excelso.

Alternando con cuentos un poco más intrascendentes y dramáticos, como "Pasando el domingo de alguna manera", que no es más que las memorias del autor durante su paseo por una Dublín oscura donde los comercios ya han cerrado y de su circunstancial encuentro con un músico callejero, o "Intervalo a la luz del sol", sobre una conflictiva relación de pareja donde se analizan los aspectos psicológicos de los personajes, llegamos por fin a la frutilla del postre: los cuentos de ciencia ficción pura, o fantásticos, como le gustaba catalogar el viejo Ray a sus propios trabajos de ficción.

"La botella azul" y "El mesías" son Marte, en todo su esplendor y decadencia. Religión y ciencia, telepatía y el choque de dos mundos. Estos dos quedaron fuera del "Crónicas marcianas" que conocemos, pero por derecho propio merecerían estar dentro. Excelentes y muy, muy nostálgicos.

"Castigo sin crimen" actualiza el tema de los androides que ya se venía explorando en antologías anteriores: ¿y si buscando liberarnos de un trauma, caemos en una psicosis peor que la que buscamos combatir? Está claro que a Ray le obsesionaban los posibles efectos nocivos de la inteligencia artificial...

"Un pedazo de madera" es una maravilla, un cuento de ciencia ficción increíble, una advertencia terrible para los tiempos actuales, del que desgraciadamente no puedo destripar nada... Solo pedirles que se hagan un favor y lo lean.

"El crimen totalmente perfecto" nos presenta a un hombre que ha sufrido bullying de niño y no puede superar el trauma, así que viaja al pueblo de su juventud a encontrarse con el matón que lo torturaba. Una alegoría de cómo el tiempo pone todo en su lugar, muy triste y desgarrador.

No es un libro esencial para entender las historias de la ciencia ficción ni mucho menos, pero sin duda que los fanáticos de Bradbury no podremos dejar de pasar páginas y deleitarnos con la chispa de grandeza y el sentido de maravilla que se desprenden de cada página.

El mago de Illinois, es simplemente inolvidable.

Violeta Lila