Morir en noviembre

Opinión:

Como siempre, Carlos Lombardi viene acompañado de sus ángeles, amigos que de una manera u otra contribuyen a allanarle el camino, abrirle las puertas necesarias o librarle de algún encontronazo con la policía o, lo que es peor en este caso, con la Gestapo. Una serie de personajes conocidos de los relatos anteriores y otros como su exmujer, Begoña, de quien hasta ahora nada sabíamos; o el de su principal valedor, quien seguramente tendrá más presencia en las próximas andanzas del detective.

En el plano internacional, el ejército norteamericano ha desembarcado en el norte de África en una campaña más de la segunda guerra mundial. Las noticias que van apareciendo marcan el escenario temporal de la novela y hacen sentir el pulso que se mantiene en la península entre franquistas y falangistas por el poder. Movimientos políticos muy interesantes donde queda claro que no todo era ideal dentro de los muros de la dictadura y donde existía un grupo que tuvo la intención de implicar a España en la segunda guerra mundial junto a Alemania. La trama se centra en un complot político que se irá desvelando a lo largo de la novela.

La investigación llevada a cargo por el detective nos da a conocer a fondo los casos de corrupción de la época, relacionados, entre otros, con los negocios del estraperlo o las redes de prostitución; y donde tiene cabida todo aquel que, de algún u otro modo, tiene influencias.

Tras las pistas queda un reguero de muertes que hacen sospechar que Carlos Lombardi se está metiendo en la boca del lobo según se va acercando a saber la verdad. Demasiado poder en la sombra y un caso con continuas ramificaciones, y que se ha ido complicando desde que comenzó, convierten la lectura en un thriller policíaco con mucho de novela negra; clave para desconectar por completo y sumergirse de lleno en un episodio que no puede dejarnos indiferentes.

Los escenarios donde transcurre la novela, el Barrio de Tetuán de las Victorias, el municipio de Tres Cantos o la zona de Atocha, entre otros rincones de Madrid, me han transportado a un agradable paseo acompañado de descripciones y hechos históricos, como los relacionados con el Atlético de Madrid; y otros menos lúdicos donde se habla de la Sección Femenina, otro órgano franquista donde, supuestamente, la Iglesia protegía a la mujer. Un asunto, este último, que nos deja unas pinceladas acerca del papel, impuesto por el régimen, al que se las relegó.

La serie del detective Carlos Lombardi da un paso adelante. Si hasta ahora nos habíamos ocupado de crímenes que sucedían de forma paralela al periodo de posguerra, con esta trama nos introducimos en asuntos políticos de otro nivel, entrando a formar parte de la escena espías, diplomáticos o la Gestapo, quienes por diversos motivos se interesan por el desaparecido Luis Kramer.

Guillermo Galván continúa uniendo los nexos de un periodo de posguerra donde hombres y mujeres subsistían intentando no mirar atrás, buscando una salida que, por fin, acabase con el gris de sus días. Otro episodio más, de un pasado que todavía se encuentra demasiado cerca.

Porlomenix