Monstruos de cocina

Opinión:

Mar Benegas, escritora y poeta especialista en literatura infantil y juvenil, no solo tiene un gran catálogo de obras publicadas, sino que ha realizado un largo recorrido como formadora y colaboradora de diversas actividades que giran en torno a la animación a la lectura y a la creatividad.

Por su parte, Ana G. Lartitegui es una experimentada ilustradora en el ámbito infantil con una especial sensibilidad en sus obras producto, tanto por su actividad docente en el mundo escolar como por su interés profundo en la investigación educativa, la cual ha expuesto en numerosos artículos, estudios y conferencias.

"Monstruos de cocina" se presenta como un libro objeto compuesto por una serie de figuras que, combinando sus partes, permite disfrutar de más de mil fabulosos monstruos. 

El ejemplar es una obra literaria muy original y estética que pretende fusionar el mundo culinario con la literatura y el arte abstracto de una forma divertida y poética. 

Basándose en la técnica de recorte o "cut-ups", las autoras juegan con las palabras simulando un libro de recetas. Para ello, realizan una descripción de cada monstruo, a modo de poema, de tal forma que el lector podrá realizar diferentes combinaciones de tal modo que la poesía cambie, al menos en una estrofa. Esto es debido a que a cada parte de las cuatro en que se divide el monstruo se le asigna una serie de versos que combinan entre sí.

Destacan las ilustraciones realizadas por Ana G. Lartitegui cuyos detalles asombran y divierten tanto con sus excéntricos y llamativos colores como sus metafóricas exageraciones. Los productos finales de cada modificación son monstruos completamente irracionales; fusión de un conjunto de elementos sin lógica, que a su vez consiguen divertir y sorprender.

Con especial atención conviene mencionar el modo en que Mar ha conseguido crear unos versos que, independientemente de la combinación que genere la persona que lo manipule, se encaja y se crea una obra poética original y fonéticamente con una rima consonante. Todo ello sin olvidar la interacción entre el lector y la obra literaria lo cual hace de la lectura un pasatiempo más divertido y motivante. 

Sin duda, "Monstruos de cocina" es un trabajo de ingenio y colaboración asombroso que ofrece posibilidades infinitas de manipular, jugar y aprender con los libros y las palabras de un modo divertido y con una temática centrada en la cocina y los objetos que se encuentran en ella. 

Personalmente, considero la obra un producto muy interesante por su amplio abanico de posibilidades de uso; por un lado, simplemente puede tener una finalidad meramente recreativa y lúdica; por otro, una herramienta de apoyo para la función docente. Sin olvidar que tanto en una como en otra, al lector le puede servir como un laboratorio de aprendizaje de poesía y de creatividad.

Muy recomendado como recurso didáctico para cualquier tipo de biblioteca infantil.

Marisa Costa