Miau
Título: Miau
Título Original: (Miau, 1888)
Autor: Benito Pérez Galdós
Editorial:
Alianza
Colección: El libro de bolsillo,Biblioteca Pérez Galdós
Copyright:
Datos actualizados a edición más moderna o disponible
© Benito Pérez Galdós, 1888
© Alianza Editorial, 2012
Edición: 1ª Edición, Junio 2012ISBN: 9788420673639
Tapa: Blanda
Etiquetas: clases sociales crítica social Madrid drama novela dramática novela literatura española dios
Nº de páginas: 432
Argumento:
En la familia Villaamil no marcha nada bien: el cabeza de
familia, don Ramón está cesante de su puesto en el Ministerio,
apenas a cuatro meses de pillar la jubilación; su esposa, doña
Pura; su hermana Milagros y su sobrina Abelarda, las tres Miaus,
sólo piensan en aparentar, en trapos y en ir a su teatrito todas
las noches; y el sobrinillo, Luisito Cadalso, hijo de Luisa Miau,
fallecida al darle a luz, y de padre ausente, sobrevive como puede
en esa, diríamos hoy, "familia desestructurada". Menos mal que,
como el niño ve a Dios en unos ataques que le dan de vez en cuando,
pues sobrelleva su existencia.
Hasta que aparece su padre, y la historia se precipita.
Opinión:
Esta novela se definiría con una sola palabra: fabulosa.
Pero vamos a rellenar un poco más de comentario. Hay novelas que
trascienden su tiempo, porque en cada época se pueden entresacar
lecturas distintas. Me encantaría saber qué se dijo de esta novela
en el tiempo de su publicación; el tratamiento de Galdós a
los personajes, cómo los hace HABLAR (qué delicia, qué maravilla),
moverse por el llamado justamente "Madrid galdosiano", y esas
apariciones estelares de Dios, caramba, al niño que en el fondo
tiene delirio porque está muerto de hambre, hoy se ven como una
crítica feroz, pero con mucha retranca, a las clases sociales que
sólo pensaban en aparentar una situación económica que hace tiempo
dejó de ser boyante. Supongo que algún comentario airado
provocaría, incluso algún Torquemada le acusaría de blasfemo... eso
de que Dios salga en plan "artista invitado", me ha hecho muchísima
gracia, pero en mil ochocientos ochenta y tantos, no sé yo si haría
tanta...
También es de una claridad y exactitud pasmosa el retrato de la
Administración Pública, y consolador (¿o aterrador?) constatar que
en la Administración las cosas no han cambiado un ápice, más allá
de la sustitución de los tinteros por las pantallas de ordenador.
Bueno, ya no nos cesan, menos mal.
Un final inusitado, por lo moderno; trágico, pero a la vez,
humorístico (un humor negrísimo), y que no revelaré, claro, acaban
por redondear una de las novelas más perfectas que he leído en este
año 2004. Seguiría con las alabanzas, pero lo único que puedo
añadir es: leedla.
Santi
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Comentario de los lectores:
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