Mentes perversas

Opinión:

"Mentes perversas" es un libro de relatos con los que descubrí las artes de Óscar Bribián como escritor. Lo leí ya hace más de un año (para la Hispacon de Huesca de 2009) y en este tiempo muchas cosas han cambiado en su vida literaria. Por ejemplo, el año pasado ya salió la que es su primera novela, en este caso de género fantástico, Raazbal. Y echando una mirada atrás y repasando los relatos, me alegra ver que no se han quedado en el libro, sino que alguno ha tomado vida propia, como el caso de El Zulo, que el propio autor ha guionizado y que con las ilustraciones de su hermano, Carlos Bribián, ya ha ganado el premio del Jóvenes Creadores Aragoneses 2010.
 
Normalmente, cuando empiezo a leer libros de escritores más noveles, me gusta hacerlo con sus relatos, si los hubiese, o con antologías recopilatorias de los mismos, como es el caso. ¿Y por qué? Pues porque me ofrecen una variedad de registros, tanto en temas como en el mismo desarrollo de las tramas, y, al tener una paginación más corta que una novela al uso, hacen que en menos terreno el autor deba condensar todas sus virtudes e intentar captar mi atención rápidamente. Así, si la experiencia es positiva, me pongo a leer su libro o esperar a que lo escriba. ¿Lo ha conseguido Óscar? Sería muy fácil ir al final de la reseña y ver el comentario final, pero como estamos ante unos relatos de terror y suspense, mejor os vais leyendo la reseña y esperáis a la conclusión.

No sé si porque se asocia con la superstición o porqué, pero me estoy encontrando muchas recopilaciones y antologías con trece relatos. Y "Mentes perversas" no iba a ser menos. Trece relatos cargados de terror y suspense que nos van a dejar huella, que para mí es una de las señas de que un relato me ha calado: que con el tiempo siga hablando de él. El cónclave (ganador del Premio Liter Imaginarius), Luci o El Nano y El Negro, lo han conseguido.

Seguramente que cada uno de estos relatos tiene una inspiración tanto en su vida laboral (si no recuerdo mal trabaja como policía) o en su vida normal (la idea de El cónclave le surgió en una barbacoa con unos amigos): se nota cercano en su manera de ir contándonos las diferentes historias que aquí se reúnen. Sobre todo destacaría la manera tan buena de hacer las descripciones y sin apenas diálogos (Luci ni siquiera tiene) que incentiva las ganas de avanzar más y saber cómo terminan las vidas de los personajes, tiernos unas veces, animales en otras y sorprendentes en las demás. Recuerdo que en la presentación de Huesca se le preguntó si su vida laboral le ayudaba a sacar temas para los relatos; tras conocer su profesión, veo estas influencias en varios de ellos. No nos iremos sin ver a los maleantes (El Nano y el Negro) o al sicario (El buen amigo) e incluso el "poli bueno" y el "poli malo" (El hoyo).

Destacar también la portada, con una puerta infernal producto de la mente de Rodin que Óscar ha elegido para darnos a entender que cuando la crucemos, ya sabemos qué podemos encontrarnos al otro lado. Y no es un tormento, sino, en todo caso, una tortura muy agradable de leer. Con la lectura de esta antología podremos ver las cualidades que en "Mentes perversas" se nos han ido ofreciendo en frascos pequeños por parte del autor. Y para ello os invito a traspasar la puerta del Infierno.
 
Fernando Martínez Gimeno