Madame Bovary
Título: Madame Bovary
Título Original: (Madame Bovary. Moeurs de province, 1857)
Autor: Gustave Flaubert
Editorial:
Penguin clásicos
Colección: Penguin clásicos
Copyright:
© Penguin Random House Grupo Editorial S.A.U., 2015
© Ediciones Siruela, S.A., 2013
© Mauro Armiño, por la traducción y las notas, cedidas por Ediciones Siruela S.A.
© Librairie Générale Française, por la introducción, 1999
© Maria Enguix, por la traducción de la introducción, 2015
Traducción: Mauro ArmiñoEdición: 1ª Edición: Febrero 2018
ISBN: 9788491050667
Tapa: Blanda
Etiquetas: clásicos romanticismo fantasía mujeres literatura francesa Medicina novela realismo suicidios siglo XIX clásicos modernos matrimonio infidelidades maternidad matrimonios de conveniencia decimonónica
Nº de páginas: 464
Argumento:
Emma se casa con Charles Bovary llena de ilusiones y de una serie de modelos románticos aprendidos en las novelas de amor. Pronto descubrirá que el amor, la convivencia y el matrimonio reales poco tienen que ver con la pasión que describe la ficción y comenzará a sentirse insatisfecha con su propia vida. Nada será suficiente para una Emma, anhelante de pasión y romance: ni la maternidad ni el adulterio lograrán cumplir unas expectativas que siempre estarán por encima de cualquier realidad.
Opinión:
Lidia Casado
Es imposible no comparar "Madame Bovary" con "Don Quijote de La Mancha", aunque cada uno en su estilo y criticando un género de novela diferente. Pero ambos personajes son hijos de unos modelos de comportamiento irreales y son incapaces de diferenciar entre la realidad y la ficción que crean los libros para disfrute para quien los leen. Arrancando de este punto de partida, es imposible no realizar una reflexión metaliteraria y pensar, mientras una lee esta novela, en cómo han moldeado el mundo que una conoce los libros que ha leído, en las diferencias entre la realidad y la ficción que ha ido descubriendo a medida que lee y que vive y en cómo ha sabido sortear el salto entre uno y otro sin que la vida de una haya quedado damnificada por el camino. No son reflexiones que estén reflejadas tal cual en el texto, pero no he podido evitar pensar en ello mientras disfrutaba de una novela que lo cambió todo.
Así lo hace constar Jacques Neefs en la introducción que precede a la obra: es imposible que hoy nos demos cuenta de la novedad y la revolución que supuso "Madame Bovary" en su tiempo. Acostumbrados a todas las obras canónicas que hemos leído y a la literatura actual, la obra de Flaubert puede parecernos algo normal, nada extraordinario, podríamos considerarla hasta sencilla en su trama y su desarrollo. Por eso, tenemos que hacer un esfuerzo para entender la grandeza de esta novela, que nos habla de sentimientos e ilusiones y de la distancia que a veces hay entre nuestras expectativas y la realidad.
"Madame Bovary" es una novela de lo cotidiano, de la vida diaria (de ahí su subtítulo: "Costumbres de provincia"), y eso ya era una novedad en la época. Además, es una obra trágica, con pasajes muy duros en la que, sin embargo, no se juzga a la protagonista ni a los personajes; y eso también levantó ampollas en su momento. De hecho, parte de la introducción que precede a la novela recoge algunas de las reacciones y comentarios que suscitó la novela cuando fue publicada (primero por entregas, a partir de 1856, en la revista La Revue de Paris; más tarde, en 1857, en dos volúmenes) y muchas de esas críticas hacen hincapié, precisamente, en la crueldad y en la falta de paños calientes del por aquel entonces desconocido Flaubert.
La edición de Penguin Clásicos también recoge parte de la lucha del autor francés por sacar adelante su texto, las correcciones que realizó, los pasajes que suprimió (algunos de ellos recogidos en este ejemplar) y las opiniones que barajó a la hora de fijar su texto. Solemos recibir las novelas cerradas y corregidas y conocer todo el proceso que vivió el escritor me ha parecido francamente interesante y curioso.
Más allá de la recepción de la obra o de su contexto histórico, en lo que se refiere a su trama, su estilo y la configuración de sus personajes, hay que decir que "Madame Bovary" es una novela aparentemente sencilla pero con una gran carga emocional y con un trabajo estilístico admirable. Flaubert escribe narrativa pero en muchos pasajes su texto parece poesía; tal es su belleza y el trabajo realizado con el lenguaje. Abundan las descripciones minuciosas de los entornos, los paisajes, las situaciones y los escenarios en los que se va desarrollando la novela (algo muy propio de la época y de ese Realismo que pretendía fijar la realidad tal cual es, con todos sus detalles y costumbres).
Junto a esos paisajes y escenarios, el autor nos presenta una completa galería de personajes diferentes y bien trazados que nos remiten a un lugar y a una época y que completan ese fresco realista que permite hacernos una idea perfecta de esas prometidas "costumbres de provincias".
De entre todos los personajes destaca, claro está, Emma Bovary, la protagonista, alma inquieta y anhelante para la que nada es suficiente, ni en el amor, ni en la pasión, ni en el hogar, ni en la maternidad, ni en el dinero. Emma es la inconformidad personificada, la insatisfacción constante, porque sus expectativas siempre superan a la realidad. Por eso, a lo largo de la novela irá entrando en una espiral de infidelidad, gastos desmesurados, infelicidad y mentiras que la llevará a la ruina, económica y moral. Y lo peor es que esa ruina acabará por destruir las vidas también de su familia.
Así pues, nos encontramos ante una de las novelas más importante de la Historia de la Literatura Universal, que nos pone frente a los deseos desmesurados y la insaciabilidad de una mujer cuya personalidad se forjó atendiendo a los modelos románticos de unas novelas de amor muy alejadas de la realidad.
Lidia Casado
Anika Lillo
Prácticamente con el único fin de salir de casa de su padre Emma Roualt se deja seducir por la vida prometedora que le puede ofrecer un médico y joven viudo, y con esa meta se casa con él. Pero Emma nunca se enamora de Charles, y estando casada con él se percata de su mísera existencia. No tiene instinto maternal, desea cosas que no tiene y su marido le ofrece todo cuanto puede cegado por el amor, pero nada de eso la hace feliz. Las apariciones de otros hombres en su vida la llevarán a la pasión, pero también a su perdición y a la de su familia.
Gustave
Flaubert describe a Emma mejor que a cualquier otro
personaje de este drama. Es Emma la que lleva el
peso de toda la historia. Nacida para rodearse de lujos se da
cuenta de que su vida nunca llegará a proporcionarle lo que desea,
de modo que se deja seducir por otros hombres a los que ama
apasionadamente. Durante toda la novela es el carácter de Emma lo
que da giros a la vida de todos los personajes y a la novela en sí,
y es ahí donde está la fuerza de esta obra.
Otros personajes muy bien definidos son el de Charles, que resulta
en ocasiones patético, y monsieur Homais, cuyo verdadero carácter
se ve al final del libro.
Desconozco qué tipo de traducción -si es buena o mala- tiene esta
novela pero leerla no se hace pesado, no es una escritura barroca
ni una prosa densa, al contrario, es bastante ligera y fácil de
leer. (Esta opinión se vierte sobre la edición leída hace muchos
años de otra editorial)
Recomendada por lo que es, obra universal reconocida, aprovecho
también para recomendarla a lo/as romántico/as ya que
sufrirán los desvaríos, locuras, apasionamientos,
sinrazones y errores de Emma Bovary. Y que nadie espere un
final feliz, por favor. Cometería un error. La novela, conforme se
avanza en su lectura, da pistas sobre lo mal que terminará la
historia para todos o casi todos los protagonistas.
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