«Lucerna» y «Albert»
Título: «Lucerna» y «Albert»
Título Original: (Люцерн, 1857; Альберм, 1858)
Autor: Leon Tolstói
Editorial:
Acantilado
Colección: Cuadernos del Acantilado
Copyright:
© 2024, Selma Ancira Berny (de la traducción)
© 2024, Quaderns Crema, S.A. (de esta edición)
Edición: 1ª Edición: Enero 2024
ISBN: 9788419036841
Tapa: Blanda, Bolsillo
Etiquetas: alcohol clases sociales relatos música literatura rusa mendigos cantantes artistas aristocracia autodestrucción Suiza honor y honra hipocresía clase alta violinistas
Nº de páginas: 112
Argumento:
Publicados sin apenas éxito entre 1857 y 1858, los relatos "Lucerna" y "Albert" son dos de las narraciones más cautivadoras que Lev Tolstói escribió antes de dar a conocer dos novelas tan ambiciosas como "Guerra y paz" (1867-1869) y "Anna Karénina" (1878). En "Lucerna", el príncipe Nejliúdov, trasunto del propio autor en su juventud, encuentra en la melodía de un músico ambulante un efímero escape de su pesadumbre aristocrática. La trama se desenvuelve en el lujoso Hotel Schweizerhof de Suiza, donde la música revela las contradicciones de la alta sociedad y su indiferencia hacia los artistas. "Albert", en cambio, gira en torno a un violinista alcohólico, un genio desquiciado que busca la inspiración en la bebida. En una fiesta, este violinista entra en contacto con el rico Delésov, que lo invitará a vivir con él, pese a que la convivencia entre ambos no estará exenta de tensión e incomprensión mutua.
Tolstói, a través de estos relatos, explora el fenómeno del arte, en concreto de la música, como un poderoso catalizador que despierta emociones y reflexiones sobre la condición humana y la injusticia social.
Opinión:
Durante la segunda mitad de los años cincuenta, a caballo entre Moscú y San Petersburgo, Lev Tolstói no desaprovechó la oportunidad de conocer a las grandes eminencias del mundo de la música que se cruzaron en su camino, como el pianista y compositor Nikolái Rubinstein. Dos de los relatos escritores en esos años, "Lucerna" (1857) y "Albert" (1858), dan cuenta de esa pasión musical que acompañó al autor ruso durante toda su vida. Sin ir más lejos, Selma Ancira ya puso de relieve este afán por la disciplina musical en la antología de textos biográficos "Así era Lev Tolstói (III)" (2022), donde pudimos leer una serie de semblanzas biográficas centradas en la relación entre el autor y la música, a cargo de personajes tan importantes como su hijo Serguéi Lvóvich Tolstói, el novelista Maxim Gorki, la compositora Valentina Semiónovna Serova, el pianista y compositor Alexandr Borísovich Goldenweiser y el cantante de ópera Fiódor Ivánovich Shaliapin, entre otros. La admiración de Tolstói por compositores como Beethoven, Chopin, Mozart, Bach o Chaikovski, así como su animadversión hacia la música de Richard Wagner, explican en gran medida las singularidades de su gusto estético y las apreciaciones de algunos de sus personajes, para quienes la música juega un papel crucial en sus vidas (piénsese, por ejemplo, en la "Sonata a Kreutzer").
Su hondo conocimiento del mundo de la música permitió a Lev Tolstói construir dos relatos tan cautivadores como "Lucerna" y "Albert", que la editorial Acantilado publica juntos en un mismo tomo para enfatizar la estrecha relación entre ambos textos. El primero de ellos, "Lucerna" gira en torno a la experiencia del príncipe Nejliúdov durante su estancia en un lujoso hotel suizo, el Hotel Schweizerhof, donde entra en contacto con un músico ambulante que, frente a la indiferencia y burla de la élite aristocrática, busca ser reconocido y recompensado por su arte. El segundo de los textos aquí reunidos, "Albert", tiene como protagonista a un talentoso violinista cuya genialidad despierta cuando está bajo la influencia del alcohol. Este músico, tanto por la calidad de su arte como por la peculiaridad de su figura, es visto por la alta sociedad como un entretenimiento para sus fiestas elitistas. Sin embargo, tanto el músico ambulante del primer relato como el violinista del segundo encuentran cada uno a un personaje, dentro de ese marasmo aristocrático, que valorará con sinceridad sus habilidades artísticas y querrá romper las distancias entre el delicado y ciego mundo de la alta sociedad y la pobreza e incertidumbre de los artistas.
Acaso el contraste entre ambos pares de personajes sea uno de los aspectos más interesantes del libro: por un lado, los aristócratas que se enfrentan contra los convencionalismos de su propia clase social en favor de un arte que ellos mismos consideran excelso; y, por otro lado, los artistas mendigantes que aceptan la invitación de esos personajes aristocráticos, pese a ser conscientes del trato que esa sociedad altiva tiene con ellos. Por medio de estas figuras, Tolstói reflexiona sobre la conexión entre el arte y la jerarquía social, aspecto que apunta con claridad hacia los orígenes aristocráticos del autor y su posterior retiro hacia una existencia más simple y austera. Al mismo tiempo, son de especial interés los muchos temas sobre los cuales discuten ambas parejas en los dos relatos: no solo se habla sobre música, sino también sobre el honor, sobre la hipocresía e incluso sobre la autodestrucción de un genio atormentado por la dependencia del alcohol. Así pues, "Albert" y "Lucerna" demuestran la maestría del autor, que a menudo se hace todavía más patente en su narrativa breve, en este caso mediante el inteligente entrelazamiento entre música, aristocracia y tragedia. Con argumentos sencillos y al mismo tiempo profundos, Tolstói nos invita a explorar la dualidad de la existencia humana, desde la opulencia aristocrática hasta la simplicidad; y todo ello enmarcado por la poderosa melodía que revela las complejidades del alma y la sociedad.
Darío Luque
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