Los testamentos
Título: Los testamentos
Título Original: (The Testaments, 2019)
Autor: Margaret Atwood
Editorial:
Salamandra
Colección: Narrativa Salamandra
Copyright:
© O.W. Toad Ltd, 2019
© Ediciones Salamandra, 2019
Traducción: Eugenia Vázquez NacarinoEdición: 1ª Edición: Septiembre 2019
ISBN: 9788498389494
Tapa: Blanda
Etiquetas: leyes abuso de poder corrupción religión clases sociales control derechos humanos dictadura totalitarismo discriminación distopía destierro política feminismo mujeres igualdad literatura canadiense novela Nuevo Orden Mundial miedo terrorismo censura discriminación sexual tortura Gobierno castas resistencia maternidad víctimas represión social futurista rebeliones decadencia infertilidad tiranos y déspotas disidencia libertad prohibiciones cosificación postapocalipsis castigos control gubernamental agentes tóxicos explotación femenina criadas teocracia
Nº de páginas: 512
Argumento:
Tres voces diferentes (la de dos chicas de edad parecida pero que han vivido en dos mundos totalmente diferentes: una dentro y otra fuera de la República de Gilead; y la de la ya conocida Tía Lydia) nos van dando cuenta, en forma de testimonio en primera persona, del nivel de degradación al que ha llegado el régimen 15 años después de lo ocurrido en "El cuento de la criada".
Opinión:
Si las criadas, su forma de vida, sus sacrificios, sus vejaciones y su formación protagonizaban "El cuento de la criada", Margaret Atwood amplía ahora el foco sobre la República de Gilead para contarnos qué ocurre con la formación de las jóvenes y con la de las Tías. Han pasado tres décadas en la vida real y la mitad en el argumento, así que ni una sociedad (la nuestra) ni la otra (la retratada literariamente por la autora canadiense) son las mismas. ¿O sí?
Si te sorprendió la distopía creada en "El cuento de la criada" es fácil que te apetezca (no sin cierto morbo, todo hay que decirlo) volver a visitar Gilead. Si es así, aquí, en esta continuación, podrás descubrir parte de lo aún no comentado sobre su origen (Tía Lydia se encarga de contarnos cómo la reclutaron, qué vida llevaba antes, cómo se adaptó al cambio y qué ha pasado desde lo que nos narró DeFred en la primera parte) pero, también, nuevos datos sobre otras clases del sistema social. Tía Lydia nos revela la formación que dan y reciben las Tías y, también, las intrigas y enfrentamientos que se producen entre ellas. Amén, claro está, de sus relaciones con el poder. Se va completando, así, el prisma que nos ofreció DeFred, centrada, por así decirlo, en la parte más privada del régimen, el que atañe a los Comandantes, sus Esposas, sus Martas y sus Criadas.
Tía Lydia nos habla en primera persona, en una suerte de testamento en vida, ológrafo o diario en el que nos va desvelando el grado de corrupción del régimen en el que ella ha participado desde sus comienzos, las intrigas de poder, las rencillas entre las propias Tías y la labor de los opositores que quieren dinamitar la República de Gilead.
Junto a esta voz, escuchamos la de dos jóvenes, testigos 369A y 369B, que van relatando a alguien lo que han vivido. Dos vidas, por cierto, totalmente opuestas, pero con algún en común: Gilead. La de la testigo 369A, Agnes Jemima, desde dentro del régimen; la de la testigo 369B, Daysi, desde fuera del régimen, desde Canadá, pero desde el punto de vista de alguien involucrada en la lucha contra Gilead.
Se contraponen, así, las vivencias y educación de lo que podría ser una chica "normal" de hoy en día y la de una chica "normal" en Gilead. Sus creencias, sus aspiraciones, su plan de futuro, sus formas de actuar, de vestir, de sentir, de reaccionar… se ven enfrentadas para que el propio lector saque sus propias conclusiones sobre los métodos de uno y otro sistema social.
De este modo, seguimos adentrándonos en el sistema gileadniano y, aunque sigue dándonos alguna que otra sorpresa, es cierto que no resulta tan… no sé si decir, aterrador, espeluznante, deleznable, pasmoso… como la primera parte (quizá porque ya conocemos Gilead y sabemos de qué son capaces), aunque sí consigue atraparnos y mantenernos pegados a una trama que gana en intriga.
Y, nuevamente, ahí están las reflexiones sobre el sometimiento, el miedo, la desigualdad, la condición femenina, la maldad, la libertad, los regímenes políticos y sociales, la tolerancia hacia las dictaduras o la lucha (desde dentro y desde fuera) sobre los sistemas injustos.
Me han preguntado varias veces si merece la pena leer esta segunda parte y he de decir que sí. No es lo mismo que "El cuento de la criada" pero sí me parece una continuación digna e interesante de la archiconocida novela. Y lo es porque Atwood siempre es revolucionaria y sorprendente, porque sus argumentos siempre tienen algo de reflexión y crítica, porque su calidad literaria es indudable y porque ¿quién no querría saber qué fue de algunos de los personajes principales de la primera novela o de lo que ocurrió, finalmente, con la propia Gilead?
Lidia Casado
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Comentario de los lectores:
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