los principes nubios
Título: los principes nubios
Título Original: (los príncipes nubios)
Autor: Juan Bonilla
Editorial:
Seix Barral
Copyright: Primera edición. Barcelona, febrero 2003
ISBN: No definido
Etiquetas:
Argumento:
Moisés Froissard Calderón tiene un trabajo poco común: se dedica a salvar vidas. Pero no es médico, enfermero, ni siquiera conductor de ambulancias. Su trabajo es suministrar de carne de inmigrante fresca al prostíbulo más elitista del mundo. Un trabajito algo feo, sí: por eso el eufemismo de "salvador de vidas". Y es que el que no se justifica es porque no quiere.
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Opinión:
A Juan Bonilla no lo conoceréis muchos, pero si os digo que escribió la novlea en la que se basó la peli "Nadie conoce a nadie", ahora ya nos vamos centrando, ¿no?
Aparte de la novela antes citada, Juan Bonilla escribe básicamente colecciones de relatos cortos, y columnas periodísticas. Pero con esta novela se ha llevado un premio literario que ha tenido mucho prestigio: ha sido concedido a Luis Goytisolo, Vargas Llosa, Cabrera Infante, Marsé o Juan Benet (no sigo por no ponerme pesado y para que Anika no llene de negritas este texto), aunque dejó de otorgarse entre 1972 y 2000. La lista desde entonces tampoco es que sea muy ilustre, al menos de momento, aunque vete a saber dentro de unos años...
Pero basta de charla, y al grano.
La novela no puede tener un comienzo más prometedor: inmigrantes, miserias del primer y el tercer mundo, y un tono ácido y desencantado.
El protagonista sabe lo que hace, se justifica adecuadamente, y a veces piensas que no le falta razón: rescatar de las garras de la Guardia Civil a ejemplares fastuosos para darles una vida que en casi todos los aspectos será mucho mejor de la que se atreverían a soñar, en el fondo no es mal negocio. Lo malo es ese "casi", que será la causa del drama que desencadene el desenlace de la novela.
La narración es ágil, aunque no trepidante: reflexiva, pero tampoco plasta. Y sin embargo... al final a mí se me desmorona, ya que encontré que el autor, con tal de mantener a su protagonista en el fiel de la balanza, sin caer en la moralina ni en los finales "felices", acaba por no dar un final a la novela. Y no es porque tenga previsto hacer una segunda parte, no: es que, simplemente, el prota deja de hacer lo que hace (ya lo sabemos desde un principio, no destapo nada) sin que en realidad medie ninguna acción de peso que lo lleve a tomar esa decisión.
En fin, que no me ha llenado, no. No se me ha hecho antipática, el estilo narrativo es de mi gusto, pero no concluyes su lectura con ninguna impresión de peso. Más allá de la peripecia inicial, la olvidaré pronto.
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Comentario de los lectores:
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