Los pensamientos del té

Opinión:

Y todos esos pensamientos que nacen mientras uno toma el té, ¿adónde van? Esto es lo que el humanista italiano Guido Ceronetti se planteó para acabar componiendo este libro, "Los pensamientos del té". A veces uno reflexiona sobre política, o sobre el libro que está leyendo, o recuerda un cuadro o una película y se fija en algún detalle que se relaciona con otra cuestión. En esos momentos, el pensador aprende de sus propios pensamientos; aprendemos de lo que ya sabíamos, porque procesamos y relacionamos la información que retiene nuestro cerebro. Ceronetti, en esta obra, ha recopilado algunos de sus pensamientos para darlos a conocer, pues un anecdotario como este no deja de la recopilación de muchos microensayos.

Si esto no ha sido aún causa de interés para el lector, lo serán sin duda los temas que trata Guido Ceronetti a lo largo de sus reflexiones. Si bien uno de los más recurrentes es la literatura italiana (Manzoni y Leopardi son algunos de sus sujetos preferidos para reflexionar), también dedica grandes esfuerzos a aclarar ideas políticas, desde planteamientos algo polémicos. En este sentido, su opinión más repetida es la que rechaza a Moscú y a los socialistas, y también la que repudia a Israel. De igual manera, algunos de sus comentarios sobre la política estadounidense son aún cada vez más actuales.

Junto a estos temas, "Los pensamientos del té" recopilan también pensamientos sorprendentes para los lectores habituados a las reflexiones clásicas y sin gracia. Así pues, Ceronetti inicia sus pensamientos con una disertación sobre el origen etimológico que comparten dos palabras tan diferentes como 'esfinge' y 'esfínter'. Más adelante, hace una crítica mordaz de la policía, y no tarda en trazar las diferencias -quizás demasiado polémicas- entre el ateísmo en hombres y en mujeres. En esta misma línea sexista, el autor se permite hacer un análisis sobre la relación del símbolo fálico con los cañones. Un último detalle que sorprende es la importancia que cobra la cultura española a ojos de Guido Ceronetti: no son pocos los textos en los que analiza la obra pictórica de Goya, e incluso presenta una breve y graciosa idea sobre Dolores Ibárrubi.

"Los pensamientos del té", pese a su composición fragmentaria y dispersa, a modo de anecdotario, no deja de ser un ejemplo de otra manera de hacer filosofía o ensayo. No es necesario que un texto ocupe cien páginas para que sea ensayo, ni que una idea se desarrolle por los codos. De hecho, es admirable la claridad de la mente de Guido Ceronetti, que es capaz de sintetizar en uno o dos párrafos una reflexión que a cualquier otra persona le habría ocupado un artículo entero. La cultura no necesita espacio, necesita ideas, y este libro está plagado de ellas. 

Darío Luque