Los niños desaparecidos (Serie Lottie Parker 1)
Título: Los niños desaparecidos (Serie Lottie Parker 1)
Título Original: (The Missing Ones, 2018)
Autor: Patricia Gibney
Editorial:
Principal de los Libros
Colección: Principal Noir
Copyright:
© Patricia Gibney, 2017
© de la traducción, Luz Achával Barral, 2018
© de la traducción, Albert Martí, 2018
© de esta edición, Futurbox Project, S.L., 2018
Traducción: Luz Achával Barral, Albert MartíEdición: 1ª Edición: Octubre 2018
ISBN: 9788417333249
Tapa: Blanda
Etiquetas: abusos asesinatos policiaca Irlanda literatura irlandesa novela secuestros sagas thriller corrupción urbanística secretos iglesia católica pederastas madres familias monoparentales abuso de menores investigación criminal inspectora Lottie Parker
Nº de páginas: 496
Argumento:
El Saint Angela, un orfanato de la Iglesia católica situado en un pueblo de Irlanda fue en su día un centro de acogida para los niños nacidos de madres solteras y lugar de residencia para aquellos que no podían recibir atención por sus familias. De allí nacen las historias de niños desaparecidos, niños sin identidad que un día salieron al mundo en busca de sus orígenes, víctimas que compartieron un pasado, madres que fueron separadas de sus hijos y que ahora creen haberlos encontrado.
Asesinatos ocultos durante décadas que la inspectora Lottie Parker descubre en su investigación por el asesinato de Susan Sullivan; una mujer que estaba en el camino correcto para descubrir la verdad.
Opinión:
Preparaos para asistir al primer caso de la inspectora Lottie Parker. Antes, calentaremos motores con dos relatos que nos harán ir abriendo boca para lo que está por venir: el primero de ellos el de la víctima, Susan Sullivan, narrado momentos antes de morir. Con esta carta de presentación la autora nos pone sobre aviso porque en lo que queda de novela vamos a tener muy pocos momentos de respiro, solo los justos para coger fuerzas.
Así, seguiremos nuevas pistas y nos atraparán las nuevas actuaciones policiales que nos llevan hacia crímenes pasados con sus correspondientes secretos. Estos, salen a la luz para desvelarnos historias que, por desgracia, son cada día más habituales y que tienen por eje principal el abuso de menores practicado por sacerdotes pederastas; en este caso, los centrados en una población ficticia de Irlanda. Unos relatos que, aunque escuetos, son suficientes para ponernos en la piel de los más débiles y decidir, junto a ellos, repartir Justicia.
De este modo, nos adentramos en la vida de una serie de personajes con los que construir un gran mural de vidas pasadas y presentes, de piezas de un gran puzzle que es necesario encajar. Paralelamente a la trama policial conocemos un informe escrito a modo de diario que va narrando aquellos abusos y los crímenes que tuvieron que vivir los protagonistas cuando eran niños. Al mismo tiempo iremos descubriendo el pasado de Lottie, que necesitó terapia tras la muerte de su marido y que afronta la educación de sus tres hijos en plena adolescencia; por lo que a la tensión de su vida profesional hay que añadir la difícil situación familiar; esfuerzos que le están pasando factura y que se ven reflejados en su comportamiento. En los datos biográficos de la autora se pueden encontrar muchos paralelismos con su protagonista principal.
Un punto a favor de la novela es el hecho de conocer parte del complot por el que gente aparentemente sin relación está siendo asesinada, y que contempla un caso de corrupción urbanística dirigida por altos cargos de la vida municipal que se convierten en los principales sospechosos. Su actividad diaria, desmenuzada tras las entrevistas pertinentes, nos dará pistas acerca de quién puede ser el asesino; pero como sabuesos expertos en literatura policíaca intuimos que hay algo más, queda mucha novela por delante y hay que tener paciencia para ver la transformación del género en un thriller trepidante.
Un no parar, ya lo he dicho, no hay tregua, los nuevos asesinatos van completando la historia que hemos intuido en el diario y la investigación se vuelve misteriosa e interesante a partes iguales. Todo se precipita con el secuestro del hijo de uno de los implicados que a su vez es el novio de la hija de la inspectora, una carrera contrarreloj en la que se suceden los descubrimientos y una nueva dosis de sorpresas hasta el desenlace con la participación de un sacerdote llegado de Roma: el padre Angelotti, que actuará como detonante para que toda la trama salte en mil pedazos, pasemos a un ritmo frenético de lectura y vayamos conociendo las claves de todo lo que está sucediendo, y de lo que queda por venir.
La trama engancha y eso que la narrativa peca, para mi gusto, con el orden de los adjetivos, posiblemente por una traducción a la inglesa; aun así, la novela no tiene desperdicio y me atrevo a decir que tenemos autora para rato, y no solo por el éxito que le precede, sino porque estoy convencido que quienes prueben a leer a Patricia Gibney repetirán; si algo he de destacar de esta serie es lo adictiva que resulta y el control de los tiempos para hacer que no podamos despegarnos de sus páginas. Tanto, que ya tengo preparada la siguiente entrega: "Las chicas robadas", un nuevo caso que tiene por tema central el de los refugiados de la guerra de Kosovo; escenario de la próxima investigación policial a cargo de una nueva inspectora, Lottie Parker.
Os recomiendo seguirle la pista.
Porlomenix
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