Los dragones de hierro (infantil)

Opinión:

Martín Piñol es un auténtico crack del humor. Humor directo a los niños pero que a los adultos nos hacen reír también, y resulta un auténtico placer leerse su último libro. Con un estilo de lo más ameno, directo, rápido, divertido (a veces para carcajearse) y, en resumidas cuentas, muy entretenido, Martín Piñol nos narra una historia de amor y aventuras (donde la princesa es de armas tomar, el alienígena es feo feísimo pero guapo guapísimo por dentro), y el príncipe prometido es cabezota a rabiar.
 
En "Los dragones de hierro" aparecen seres fantásticos: los espíritus del bosque son auténticos monstruos vegetales, o de piedra, o también alguno hay que es pura calavera; también tenemos dragones y ataques masivos de aliens con rayos láser. Menos los extraterrestres malos, todos tienen un sentido del humor curioso y divertido. Las alusiones al lector que hace el propio autor son tremendas, te hacen reír siempre.
 
Este sentido del humor decae sutilmente en una parte del libro a favor de la acción, pues sin duda es un libro también de aventuras, pero lo recupera de nuevo hacia el final, dejándote un estupendo sabor de boca.
 
Quizás un ejemplo sea lo más significativo: mi hijo (12 años) se leyó el libro de tirón antes de dormir… tenía que madrugar pero no podía evitar seguir enganchado a él. Y de vez en cuando le escuchaba las mismas risitas que había tenido yo leyéndolo. 
 
Martín Piñol sabe dirigirse a los jovencitos. Ya lo hizo en sus "Crónicas apestosas". Pero también sabe hacerlo a los adultos como demostró en sus "200 locuras para que te quedes conmigo", por eso esta novela, a pesar de estar dirigida a los niños, es un soplo de aire fresco para los mayores con sentido del humor que tienen ganas de desengrasar y reírse.
 
Niños del mundo (o adolescentes, que también os gusta reír, no todo es ligar) yo de vosotros leía la primera página… os encantará nada más empezarlo.
 
Anika Lillo