Los diablos del mar (La odisea de la Burla Negra)

Argumento:

La causa instruida en el Tribunal Militar de las Cuatro Torres (San Fernando-Cádiz) contra los tripulantes del Defensor de Pedro (también llamado por ellos "La Burla Negra") no les perdonó sus innumerables actos de piratería en varios continentes, ni la crueldad con la que llevaron a cabo sus fechorías. La sentencia fue la horca y posterior decapitación para exponer las cabezas y restos de los maleantes.

Al inicio de la obra, Benito de Soto Aboal, capitán de la nave, asiste desde prisión al ahorcamiento público de sus hombres mientras espera esa misma suerte. A partir de aquí, los autores hacen una recreación de lo que pudieron ser los dos años anteriores del gallego de Soto…

En una época en que la esclavitud estaba en pleno apogeo y la compra-venta de seres humanos constituía un negocio del que se lucraban tratantes y comandantes de buques negreros, la ciudad africana de Mina era un punto clave para embarcar a negros capturados que serían transportados al nuevo continente. Ni que decir tiene en qué condiciones viajaban esos infelices, las palizas que recibían y el nulo valor que sus vidas tenían para los blancos.

Benito de Soto viaja por el Atlántico cuando el barco en el que está enrolado se cruza con uno de esos buques de transporte de personas; se produce un abordaje, puesto que la "carga" es un valor seguro, pero allí sucede algo insólito: El protagonista se enamora perdidamente de una joven esclava. De inmediato, y a cambio de salvar su vida, el tratante Leal, que viaja en el "negrero" es obligado a cuidar de la muchacha y hacer que regrese a Mina, lugar al que de Soto piensa recalar en breve para tomarla… Recibiendo un mísero trato de favor, la asustada Nadja queda bajo la custodia del traficante mientras ve cómo su pueblo y gentes de otros pueblos son tratados como bestias, máxime al propagarse lo que parece una epidemia contagiosa, una epidemia que acaba con la vida de muchos negros, amenaza el negocio de los blancos y tiene aterrorizados a casi todos.

Pasado un tiempo, de Soto se enrola en Río de Janeiro en "El Defensor de Pedro", un barco de transporte de esclavos que se dirige a Mina para cargar más mercancía. Sus conocimientos marinos lo sitúan como contramaestre y durante el viaje empieza a dar forma a una idea: Promover un motín cuando ya estén en tierra, robar el buque y convertirse en pirata. La idea del dinero fácil pone de su lado a la mayoría de los tripulantes mientras el capitán permanece ajeno a lo que se trama.

A partir de aquí, la obra transcurre entre las terribles e infrahumanas escenas que se dan entre los tratantes y los esclavos, el insólito amor que la joven negra ha despertado en de Soto, el robo de El Defensor de Pedro y su puesta en escena como buque pirata. Se describe con bastante detalle el pasaje del  Morning Star, un buque británico que iba de Ceilán a Londres, y que fue al parecer el primero en ser atacado por los nuevos corsarios. Las escenas entre mujeres y niños, las matanzas, el expolio de toda la carga de valor… Tras ese abordaje, de Soto capitanea los ataques a los siguientes buques: Topaz, Cessnock, Sumbury, Ermelinda y New Prospect antes de ser detenido y ahorcado junto con la mayoría de sus hombres.