Los detectives salvajes

Opinión:

De "Los detectives salvajes", de Roberto Bolaño, se han escrito tantas buenas críticas que es difícil ser original en su apreciación. Pero, además de los elogiosos y merecidos comentarios que esta gran obra ha recibido, creo interesante añadir que ese juego, que en toda la obra protagonizan un dificultoso anhelo estético poético y la más cruda realidad en un momento y situación determinados, sirve de brillante y profunda alegoría literaria de una sociedad contemporánea que convierte en tarea penosa la convivencia de una cierta visión moral de la existencia con la contundente realidad cotidiana. Un juego que, combinado con su enorme calidad literaria, hace grande, única, inimitable, a esta formidable obra, que puede considerarse sin duda alguna como parte indispensable del elenco de las grandes novelas en castellano de todos los tiempos.

Para Bolaño, la búsqueda por su protagonista, Arturo Belano, de un código de referencia tan estético como moral en un momento de iniciación vital, sirve a la causa de una demoledora radiografía de un contexto social que sirve de implacable contraste con esa legítima, pero precaria aspiración de entender el mundo, la vida, los vecinos, la familia o los amigos, desde una determinada actitud personal inspirada en la idea de belleza. En un formidable relato en el que las convenciones son puestas a prueba, donde cada experiencia se interpreta como un descubrimiento, en un ritmo narrativo que sorprende al lector, porque no da descanso para encontrarse con decenas de inadvertidas ramificaciones que podrían dar a otras historias y así hasta el infinito, en una fluidez literaria de colosal calidad literaria.

Una obra, como otras de Bolaño, que es innovadora, seminal, iluminadora, que abre puertas para nuevas iniciativas literarias, alejándose de manera ostensible de las inercias y tendencias que, de trilladas, hacen poco originales e incluso insustanciales muchas de las obras que se publican en la últimas décadas. Es probable que el factor sorpresa literaria que un lector encuentra en una obra como esta, le conduzca a una inevitable frustración cuando se acerque a otros autores, seguramente bañados de fama y reconocimiento, pero con una escasa aportación reconocible.

Este premiado y muy traducido libro de Bolaño permite múltiples ángulos para opiniones, perspectivas, emociones, pero su trascendental calidad literaria permite que cada lector encuentre, reconozca, descubra en sus páginas, la novela que se ajusta a su propia mirada individual. Como el final de la novela, tan sugerente como donde alcance la imaginación del propio lector.

En "Los detectives salvajes" da igual la edad, condición, entorno, conocimiento, ambiente o trayectoria personales, porque cada lector puede "descubrir" su propio libro, su propia emoción lectora, su personal revelación literaria, como sólo ocurre en las grandes obras universales de la Literatura.

Sin duda Alfaguara acierta con esta publicación del libro de Bolaño, porque trae a la actualidad esta enorme obra para lectores que antes no se hayan acercado a la misma, y también, lo que no es menor, porque ha conseguido una edición de indudable calidad técnica que hace fácil la lectura de tan voluminoso volumen, gracias a un cuerpo tipográfico perfecto y una encuadernación inmejorable. Y además con la fantástica aportación, como adenda a esta edición, de parte de los apuntes personales del autor para esta novela, que nos ilustra perfectamente la maravillosa y hercúlea complejidad de esta gran obra.

Estamos todos de enhorabuena con esta edición de la genial "Los detectives salvajes" de Roberto Bolaño.

Jorge Riet