Los cuadernos de don Rigoberto
Título: Los cuadernos de don Rigoberto
Título Original: (Los cuadernos de don Rigoberto, 1997)
Autor: Mario Vargas Llosa
Editorial:
Alfaguara
Colección: Literaturas
Copyright:
© Mario Vargas Llosa, 1997
© Santillana Ediciones Generales, SL, 2013
(Datos actualizados a edición 2013)
Edición: 1ª Edición, Abril 2013ISBN: 9788420415697
Tapa: Blanda
Etiquetas: erótica erotismo mayores de 18 años literatura peruana
Nº de páginas: 400
Argumento:
Rigoberto, un maduro empleado de una compañía de seguros, combate su banal existencia con una rica imaginación que va plasmando en cuadernos. Todo lo que Rigoberto no se atreve a hacer, no se atreve a vivir por sí mismo, sus audacias y aventuras imaginadas, sus deseos ocultos, van quedando reflejados en estas anotaciones que lo distancian cada vez más de su vulgar existencia. Los cuadernos son como un baúl del que se van extrayendo inesperados relatos, atesorados por el personaje con mayor celo que si fueran reales, y constituyen un refinado compendio de la imaginación erótica. Pero la particularidad de estas fantasías es que parten siempre de pinturas, obras literarias y piezas musicales conformando un verdadero y exquisito índice de la pintura y la literatura eróticas de todos los tiempos. Como contrapunto al florido universo de don Rigoberto está el inquietante y perturbador ambiente que se forja alrededor de su hijo, Fonchito. Obsesionado con la vida y la obra del pintor austríaco Egon Schiele, el muchacho se sueña como la encarnación del pintor maldito y su misterioso mundo de niñas perversas y autorretratos angustiosos. Entre los dos personajes, la madrastra. Una mujer que es para ambos la figura principal de ese doble mundo de deseos y realidades. Una mujer a la medida de sus más exigentes fantasías.
(argumento editorial)
Opinión:
Pues en danza tenemos a un niño muy repelente obsesionado con el pintor Egon Schiele, a su majadero padre (el don Rigoberto de marras), amén de un par de féminas mayormente ocupadas en averiguar dónde les pica. Resulta que el Rigoberto y una de las féminas están muy enamorados, pero se separaron por algo que pasó en la primera parte (que según creo es "Elogio de la madrastra"). De modo que durante casi 400 páginas, este hatajo de memos no hará sino darle vueltas al tema, a ver si los dos tortolitos deciden hacer las paces de una puñetera vez. Todo ello entreverado con unas sonrojantes escenas pretendidamente picaronas que luego resultará que son solo fantasías de nuestro protagonista.
Aceptemos que no todo lo que se publique hayan de ser novelas de
gran enjundia, tipo "La casa verde". Aceptemos que un escritor
talentoso pueda decidir escribir de vez en cuando "divertimentos",
cosas más ligeritas para no calentarnos demasiado la cabeza.
Bueno.
Pero esta cosa es tan ligerita, tan ligerita, que he acabado
utilizándola como relajante, para desconectar el cerebro. Suelo
utilizar para ello la televisión, pero últimamente el nivel ha
caído tanto que ni para eso sirve. Desde luego, no esperaba yo algo
tan insustancial, un erotismo tan amanerado, unos personajes tan
acartonados, una ensalada de citas cultas pensadas para disimular
el vacío de una novela que tengo que pellizcarme para atribuírsela
al tipo que escribió "La fiesta del chivo". Y que conste que a mí
también me gusta Schiele. Pero una cosa es homenajear y otra
trivializar, creo.
En resumen: solo para erotómanos elitistas y esteticistas.
Guillermo
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Comentario de los lectores:
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