Los crímenes de la carretera

Opinión:

Además de los crímenes a los que hay que prestar atención, siguiendo pistas y descubriendo qué significan alguna de ellas, la trama nos lleva hasta una parte, mucho más adictiva, que trata sobre el origen de Michael y Megan Fitzgerald. Dos hermanos que forman parte desde niños de un hogar de acogida bajo el programa de Protección de Menores, y donde los doctores a su cargo realizaban estudios psicológicos.

A través de un suceso sin resolver, y por el que Michael fue investigado, conoceremos en profundidad al personaje y podremos situarlo en la historia presente. Tanto él como su hermana nos ofrecen varios relatos de sus propias experiencias, junto a otros niños, en el orfanato. Los experimentos en los que participaron hacen que la tensión crezca al ir conociendo a nuevos personajes.

Todo se complica cuando le acusan de ser el asesino en serie de otros homicidios en varios estados en los que habría utilizado diferentes técnicas: lo único en común es que no deja huellas y siempre aparece una pluma de pájaro junto a los cadáveres; un detalle que no pasa desapercibido para los hermanos.

El papel que juegan los agentes del FBI que llevan el caso es bastante secundario, aunque sus aportaciones son importantes al marcar el hilo conductor de la novela, sobre todo cuando Megan Fitzgerald realiza sus declaraciones por escrito; capítulos cortos que se van alternando entre la investigación policial, y la narración que realiza Michael

Cuando dos escritores de la talla de J.D. Barker y James Patterson se unen para escribir solo es posible que terminemos con el corazón acelerado cuando las dos historias se funden y nos introducimos de lleno en la mente del asesino. Dos ingredientes que no faltan en este thriller psicológico, con giros que nadie se espera y que te deja la sensación de que nada es lo que parece.

Una novela que es mejor que nadie te la cuente.

Porlomenix