los bosques perdidos

Opinión:

De entre la gran cantidad de cuentos que me contaron o que leí durante mi infancia siempre preferí los más trágicos o tristes por encima de los de final feliz o los más truculentos; es decir era más de Hans Christian Andersenque de los Hermanos Grimm o de Perrault, aunque en realidad mis dos libros preferidos de esa época (y que de hecho todavía loa tengo) fueron "El príncipe feliz y otros cuentos" de Oscar Wilde y una edición de Círculo de Lectores de Tom Sawyer (no resumida) que incluía además "Tom Sawyer, detective" y "Tom Sawyer a través del mundo". 

Nunca me gustaron (y todavía conservo esa manía) los cuentos con moralina o con moraleja, sobre todo los que intentaban guiarme sobre cuál debía de ser mi comportamiento en la vida. Siempre he detestado, por ejemplo, las fábulas de Samaniego, Los Siete Secretos de Enid Blyton o los libros de Martín Virgil.... y hasta aquí las batallitas del abuelo. Bromas aparte, la puntualización anterior no tiene, aunque pueda parecerlo, nada de gratuito.
 
Así, en Los Bosques Perdidos, Miguel Ángel Villar Pinto reúne catorce cuentos infantiles que no llegan a ser demasiado dramáticos pero tampoco optan por el final feliz sino que se decantan siempre por un desenlace acorde con el mensaje o moraleja que se intenta trasmitir. En ese sentido, están narrados en un tono amable, muy sobrio pero que sabe conectar muy bien con el (pequeño) lector, ágil, ameno y que sabe mantener el interés de la trama con bastante habilidad y eficacia. En ese sentido, aunque ninguno llega a ser cuentos tristes o pesimistas, me han convencido mucho debido precisamente a que están muy bien contados. 

Los argumentos parten de cuentos clásicos, no sólo europeos sino que beben también de Las Mil y una Noches o de relatos orientales. Sin embargo, otro aspecto que considero muy positivo es que Miguel Ángel Villar Pinto ha sabido contarlos de otro modo y a su manera sin caer nunca en la versión políticamente correcta pero tampoco en la travesura iconoclasta sino demostrando un enorme cariño y respeto por el material que se maneja, demostrando así que es capaz de dotar al texto original o que sirvió de inspiración de una mirada diferente o nueva.
 
Aunque son cuentos con mensajes las ideas que intentan trasmitir funcionan más como opiniones personales del autor con las que se puede coincidir o no que como consejos éticos que son aconsejables cumplir o como verdades absolutas. En ese sentido, Los Bosques Perdidos me ha sorprendido gratamente porque no busca aleccionar sino más bien hacer pensar, algo que creo que está muy bien. 
 

© Joseph B Macgregor