Lolita
Título: Lolita
Título Original: (Lolita, 1955)
Autor: Vladimir Nabokov
Editorial:
Anagrama
Colección: Compactos,Biblioteca Vladimir Nabokov
Copyright:
© 2002, Francesc Roca (de la traducción)
© 1995, Vladimir Nabokov
© 1991, Editorial Anagrama, S. A.
Traducción: Francesc Roca
Edición: 1ª Edición: Febrero 2018
ISBN: 9788433960177
Tapa: Blanda, bolsillo
Etiquetas: familia literatura estadounidense literatura rusa novela pederastia pornografía sexo seducción obsesiones clásicos modernos pederastas novela psicológica
Nº de páginas: 389
Argumento:
El psicólogo John Ray recibe un curioso manuscrito titulado "Lolita o La confesión de un viudo blanco", firmado bajo el seudónimo de Humbert Humbert. En el texto, a modo de confesión -cuya finalidad oscila entre el planteamiento clínico y el alegato de defensa-, un hombre de mediana edad narra su pasión sexual por las niñas, para quienes él acuña el término de "nínfulas". Tras el deseo iniciático de sus relaciones con Annabel y Valeria, caerá en manos de Humbert la custodia de Dolores -Lolita- Haze.
"Lolita" de Vladimir Nabokov cuenta la historia de la corrupción de la niña de doce años por parte de un hombre adulto. Habla sobre la sexualización de la mujer, sobre la perversión psicopatológica y sobre las relaciones tóxicas entre tiranos y víctimas. "Lolita" ha sido la novela más controvertida del siglo XX, pero ahora se abren nuevas maneras de leerla.
Opinión:
Darío Luque
"Lolita" es una novela que ha hecho correr ríos de tinta para la crítica. Fue entendida en un primer momento como una obra pornográfica; como la historia de una niña que seducía a un hombre adulto; también como una crítica a la pederastia realizada desde la mente de un pederasta; y ya más recientemente, como lo que es: la historia de una violación. Vladimir Nabokov ya lo advirtió en su momento: fuera de la mirada maníaca de Humbert no existe la nínfula, y tampoco la moral. Lo que existe en realidad es una niña de doce años que ha sido víctima de unas circunstancias vitales y, en especial, del abuso por parte de unos adultos irresponsables. El deseo y la realidad son dos planos distintos, pero en el momento en que Humbert hace todo lo posible por unirlos, se convierte en un tirano -no lo olvidemos: él es el antagonista- que corrompe a Lolita.
A lo largo de la novela, ella reiterará su incomprensión y su disgusto por ese mundo sexual, para el que nunca ha dado su consentimiento. De hecho, un episodio esencial en la novela es el momento en el que Humbert hace entrega de una manzana a la pueril Lolita: la tentación. El pecado reside en él, no en ella. No es casual que sea ahora cuando comienza a despertar esa mirada crítica, en pleno despertar de una conciencia social (#MeToo, han clamado muchas). De hecho, durante muchos años los editores rechazaron la novela por pornográfica e inmoral, y muchos lectores la tergiversaron, en parte también por culpa de la adaptación cinematográfica de Stanley Kubrick, que convertía a Lolita en una femme fatale.
Ahora, la editorial Anagrama se ha propuesto adaptar "Lolita" a los tiempos del feminismo, y para ello ha evitado cualquier portada con nínfulas seductoras. En la cubierta de este volumen, por primera vez, una ilustración de Henn Kim introduce al lector en el verdadero trasunto de la obra: la pequeña Lolita es un juguete para Humbert, quien le da cuerda para entretenerse y satisfacer sus instintos. Pero es esta situación la que daña a Lolita, que llorará cada noche que pasa con Humbert, herida por una infancia que ya no puede ser recuperada.
Sin duda, tras los movimientos del #MeToo y del #Time'sUp, y la histórica huelga feminista del 8 de marzo, es el momento para releer "Lolita" con otra mirada. Con la mirada de un siglo que sabe distinguir entre una víctima y un maltratador. Con la mirada de la conciencia crítica, del valor, de la lucha. Le reedición de "Lolita" en clave feminista era necesaria.
Darío Luque
Anika Lillo
Lo leí antes de ser mayor de edad y apunté una palabra en la reseña que hice (como era personal y muy esquelética no la incluyo aquí entera): la palabra era Excelente.
También, todo sea dicho, comentaba que para mi gusto le sobraban unas cuantas páginas.
Humbert Humbert llega a Ramsdale con un gran problema que en aquel lugar se acentúa: le gustan las menores. Allí conoce a Lolita, una chiquilla que le perturba constantemente, y en su afán por estar juntos, Humbert decide quitar de en medio a la madre de la niña.
Viendo la historia con distancia, pensando en cómo era aún de moldeable, con tantas experiencias que me quedaban por vivir, aquella era una historia que no veía entonces con los ojos críticos y analíticos con los que puedo verla hoy. Eso sí, tampoco la recuerdo tan profundamente como para distinguir si vi algo más censurable de lo que pudiera ser en su día, así que ahí no me meteré. Porque en la lejanía, lo que recuerdo es la seducción (tanto de la niña como de él, y una madre incómoda para el protagonista) y los actos reprochables de los adultos, pero no los detalles.
Me quedaré con mis dos observaciones principales, aquello que me transmitió en su día: la novela es excelente, pero le sobraban algunas páginas.
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Comentario de los lectores:
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