lo que dure la eternidad

Opinión:

Esta fue la primera novela de Nieves Hidalgo y, al leerla, una comprende que hubiera una segunda, y una tercera… La autora tiene talento e imaginación, sabe contar una historia y sabe mantener el interés.
 
La acción se inicia en Irlanda, en el siglo XVI, cuando un joven guerrero es castigado con una maldición que lo obliga a permanecer en el castillo hasta encontrar una importante reliquia. A priori, el tema ya resulta de lo más sugerente, con druidas y fantasmas de por medio.
 
Unos siglos más tarde, una joven española se va a pasar unos días al increíble castillo para valorar unas obras de arte y… ¡exacto! se va a encontrar con el fantasma, que la encuentra tan atractiva que la fuerza de su deseo lo lleva literalmente a materializarse frente a ella. Ya se pueden imaginar la situación, entre divertida y escalofriante, que Nieves Hidalgo plasma a la perfección.
 
La autora recrea el ambiente a la perfección. El paisaje, el clima y la historia de Irlanda son un elemento importante de la trama, esencial diría yo para poder desarrollar una historia de fantasmas que se precie. Y es que no hay nada como los paisajes irlandeses o escoceses para ubicar un cuento sobre espíritus. Si al frío, la niebla y la lluvia le añadimos el terreno agreste y los edificios medievales tenemos una atmósfera ideal para una novela de estas características, y Nieves Hidalgo hace buen uso de todo ello.
 
Hay algo de tristeza en esta novela, sobre todo al principio, cuando conocemos a ese joven que no puede llegar a materializarse del todo para estar con la mujer a la que ama, o cuando ella no puede sentir como debiera el cuerpo de su amado. Y a pesar de ello, logran estar juntos, logran unirse de una forma maravillosa y única que consigue que el lector se enamore de los personajes.
 
Una novela conmovedora, con una pizca de suspense y mucha sensibilidad. 
 
Pilar Alonso Márquez