Llamadme Alejandra

Opinión:

Leí "Llamadme Alejandra" por varias razones. Una era conocer la historia de la última zarina de Rusia y su familia; otra fue que vi a la autora hablar del tema de Rasputín con mucha intriga en el programa Cuarto Milenio con Iker Jiménez (y, claro, me emocioné, a mí un misterio me abduce), y la tercera era que me gusta leer a Espido Freire porque es una gran escritora.

La primera y la última razón (conocer la vida del zar Nicolás, la zarina Alejandra y sus hijos, y leer a una autora que me gusta) cumplieron su objetivo con creces como lectora que soy. La referente al misterio no me emocionó e incluso me parecía que se hacía poca referencia al intrigante Rasputín. Asumí que en un programa de misterio o se cuentan más detalles o se emociona uno transmitiendo al posible lector ganas locas de leer de lo que se habla pero que luego en la obra no es un tema esencial, y se acabó.

En cualquier caso Espido Freire escribe maravillosamente, sabe contarte una historia que en principio quizá no te interese y acabas enganchada a ella, y tiene sus recursos como narradora.

"Llamadme Alejandra" ganó el premio Azorín 2017, y utiliza la información que la autora ha encontrado sobre esta familia. Se usa el recurso de la narración en primera persona por parte de la protagonista, y luego alguna correspondencia de la familia -especialmente de las hijas a su padre-.

Me llamó la atención sobremanera lo cercana que había hecho a la zarina, moderna incluso en su pensamiento, abierta en algunos detalles. Y enamorada, como el zar de ella. Una pareja feliz, que bebe los vientos el uno por el otro, divertidos, cercanos… como nunca los imaginé. Así, Nicolás es Nikki todo el tiempo que ella habla de él, y su complicidad es absoluta. Desconozco qué parte de realidad hay en la personalidad de este personaje que no es de ficción precisamente, y qué parte se ha creado para que nos guste, pero lo cierto es que Espido Freire parece hablarnos de alguien maravilloso -con sus defectos, claro está- especialmente en su forma de criar a su familia, de amarlos -también a sus amigos-, y de transmitir a un mismo tiempo sacrificio y ansia de libertad (incluso algo de esto consigue a su manera).

Como acostumbro, cuando estaba casi finalizando "Llamadme Alejandra", cuando ya sus hijas habían crecido y se olía el final, busqué sus imágenes en internet para visualizarlas mejor. Lo cierto es que da pena hacer ese recorrido por fotos familiares sabiendo cómo acabó de todo, pero a decir verdad el final, en apenas unas páginas, me rasgó el corazón. Esas últimas hojas que leemos no están narradas por la zarina ni por sus hijas, son informes en primera persona de quienes conocieron su final.

Más que una novela interesante, la definiría como un premio muy digno. Os la recomiendo.

Anika Lillo

Foto homenaje: