Llamadas desde el teléfono del cielo

Opinión:

El libro más famoso de Mitch Albom es "Martes con mi viejo profesor". Yo no lo he leído, sin embargo conozco ese título desde hace muchos años porque me dedico a este mundo y la novela es un auténtico best seller muy bien valorado. De modo que me estreno con "Llamadas desde el teléfono del cielo", un tema que por motivos obvios -mis gustos personales- tenía que leer sí o sí: misterio, el más allá, muertos comunicándose. Ya sé que no es de terror, pero cualquiera de estos temas, ya sea para pegarme un susto o para emocionarme, a mí me convence si está bien hecho. Y lo está.

La impresión que se tiene es la de estar viendo una película tipo "Cadena de favores", porque va transmitiendo emociones: conoces la vida de varias familias, sus dramas, sus anhelos, su emoción al escuchar la voz de sus familiares muertos. Sabes que acabará en un final emocionante, como la película, pero desconoces si será demostrando que existe el más allá o, por el contrario, si lo que nos mostrará es que todo es un fraude. La navaja de Ockham: ante un hecho extraño, la posibilidad más lógica, será la respuesta. De esta forma quedan descartadas otras opciones místicas o misteriosas. Pero ¿y si hay algo más? Mitch Albom juega a esto, a darnos ambas posibles opciones, de modo que no defraudará al lector que quiera cerrar el libro con un halo de esperanza.

Una de las cosas que más me ha gustado de "Llamadas desde el teléfono del cielo" es que a lo largo de la novela, como breves introducciones, nos va narrando la historia del teléfono, todo lo relacionado con él y Graham Bell, con el descubrimiento, las anécdotas, las patentes, las demostraciones… Son breves pinceladas que hacen que la historia que narra a continuación coincida, además, con esa pequeña semblanza donde el teléfono y Bell son también protagonistas.

En esta novela, de forma ágil -de modo que no da lugar al aburrimiento ni a la sensación de pérdida de tiempo-, aparecen varios personajes con sus propios dramas. No hay un protagonista, es una novela coral, y si tenemos a una ferviente creyente también tenemos a un escéptico, pero también veremos a quien está a mitad de camino, el que quiere creer, el que le falta la fe (resulta realmente curioso que el que tiene mayor problema para creer será el propio párroco)… Hombres y mujeres normales y corrientes que conviven en un pueblo relativamente pequeño donde todos se conocen. Hasta que se conoce la noticia. A partir de ese momento vivimos el cambio: ese tranquilo pueblo se convierte en una meta de peregrinación, el merchandising y los negocios se hacen evidentes, la policía no da abasto, los elegidos comienzan a sentirse atosigados… pero hay algo positivo: la gente empieza a portarse mejor, a ser más solidaria.

Sólo un personaje en particular con el que empatizaremos por su dolor -Sully Harding- querrá demostrar que todo es mentira y hará lo posible por conseguirlo, sin embargo le esperan algunas sorpresas. Y nosotros esperaremos a que se equivoque, que nos digan que el milagro es real, porque también queremos tener esa pizca de esperanza.

Dos hechos darán fin a esta novela: uno no lo contaré, el otro es bastante evidente que iba a ocurrir y puede contarse; hay que demostrar que las llamadas son reales, y se intentará hacer a nivel internacional. No puedo contaros más.

Las sensaciones que os provocará os hará tener la impresión de que es una historia deliciosa, con sus claros y sus oscuros, con las obvias dudas y la necesidad de fe que tiene el ser humano desde que fue consciente de la muerte.

Desde luego que os recomiendo su lectura, pero no terminaré sin comentaros dos detalles: cuando quitas las solapas el libro está igualmente decorado, pero las guardas son, si cabe, más bonitas, porque por regla general las esperamos blancas y sin detalles. El segundo comentario: cuando finaliza la novela, la editorial nos regala el primer capítulo de otra de sus novelas ("Las cinco personas que encontrarás en el cielo"), y es que Maeva se ha encargado de publicar todos sus títulos, aunque algunos están disponibles ya directamente en bolsillo.

Dudo mucho que si lees esta novela no te dejes llevar por la reflexión y la necesidad de creer. Y se agradece que en ese final tan esperado no nos deje del todo huérfanos de esperanza.

Anika Lillo